Hablar de “Arcos de Belem” es hablar de la historia de Coatepec: Jesús Morales Domínguez
El
próximo primero de marzo, el restaurante más tradicional de Coatepec “Arcos de
Belem” estará festejando su sesenta aniversario, por lo cual, se tienen
preparados diversos eventos para celebrar este acontecimiento, según platica a
ESPRESSO su propietario Don Jesús Morales Domínguez
“Chucho”
Morales, como es ampliamente conocido, narra con emoción y nostalgia, cómo su
señor padre Don Antonio Morales Baizabal, iniciara vendiendo pambazos en una
tiendita que tenía en la esquina de Cuauhtémoc y Juárez, donde actualmente se
ubica el salón de la Cruz Roja:
“Mi
padre siempre fue muy luchón, vendía pambazos a los choferes de los camiones
que descargaban naranja en las bodegas de los señores Bonilla. La fila de
camiones llegaba hasta Aldama y los choferes le empezaron a pedir que les
preparara unos pambazos. Luego le pedían que les preparara comida a lo cual mi
padre al principio se negaba, pero finalmente cayó en la cuenta que la comida
era buen negocio. Vio que en un rato vendió lo de todo un día”.
Con
la amabilidad que le caracteriza, el actual propietario continúa: “Para eso,
llegó mi tía Delfina, prima de mi padre, quien lo empezó a apoyar a preparar comida.
Por cierto debo subrayar que ella traía la “fórmula” del mole. Ese mole que nos
ha hecho famosos y del cual hasta la fecha vivimos. Para entonces Domitilo
López le ofreció en renta un local de su padre don Juan López a quien le
apodaban “El Mula”, lo convenció y fue precisamente el primero de marzo de 1957
cuando nos cambiamos. Ahí inició el restaurante como tal, bueno era una
fondita, pero era la única. El primer día tuvo mucha gente y se vendieron
muchos antojitos. Debo decir que recibimos mucho apoyo de la cervecería Corona,
quienes nos proporcionaron mesas, sillas, producto, etc., es por eso que el
restaurante inició con el nombre de “Coronita”, posteriormente se llamó
“Alameda”. Desde entonces mi padre siempre estuvo pendiente. Desde las 7 de la
mañana y hasta las doce de la noche siempre checaba que se hicieran bien las
cosas y que se atendiera bien a los clientes. Más tarde, le tuvimos que cambiar
el nombre porque en tiempos del
gobernador López Arias, había un inspector que nos acusaba de que era cantina,
pues se jugaba dominó, lo quería cerrar, pero finalmente lo convencimos que no
era casa de apuestas”.
“En
1968, luego de haber adquirido esta casa, se inició una remodelación para lo
cual operamos en la casa de junto. Fue precisamente en 1970 cuando nos
reinstalamos pero ya con el nombre de “Arcos de Belem”. El nombre se lo pusimos
porque vivimos en la ciudad de México en una calle que así se llama hasta la
fecha. En tono de broma comenta: le puso así porque tenía su “Niño Jesús”, (haciendo
alusión a él mismo). Es ahí donde yo me involucro de lleno con mi padre a la
operación del restaurante. Nos esmeramos mucho en dar buena atención; fue muy
exitoso porque era el único. Actualmente hay mucha competencia, pero con
trabajo, dedicación y esmero hemos permanecido. La gente llegaba a comer mole
con arroz, era lo tradicional”.
Con
solemnidad comenta: “Somos una familia unida, humilde y sencilla, crecimos sin
tele y sin paseos; pero eso sí, mi padre
nos enseñó a trabajar. Fui el más cercano con él de mis otros dos hermanos.
Actualmente al frente de “Arcos de Belem” se encuentra mi hijo Antonio. Bueno,
el encargado es “El Güero” refiriéndose a su hijo Josué, está por llegar
después de que ha estado un año preparándose en Estados Unidos”. Pareciera que
de momento le viene a la mente un recuerdo y lo externa: “Tengo 12 hijos, dos
de mis hijas son monjas y están en el Vaticano, hemos ido a verlas”.
Se
percibe que el restaurante se ha modernizado en instalaciones y en tecnología a
la altura de los mejores del país, pero sin perder el toque tradicional que le
caracteriza. Su personal es capacitado permanentemente y se pone especial
atención en la atención al cliente.
Al
final de la charla llega Antonio, el hijo que está a cargo del Restaurante
quien abunda sobre el festejo: “Realmente este festejo se lo estamos
organizando a mi papá, “Chucho”, ya que durante más de cuarenta años ha sido el
pilar fundamental del restaurante. Es un homenaje para él. Queremos que ya esté
tranquilo, que se vaya a pasear sin contratiempos, que descanse. Para nosotros,
los hermanos, significa el legado de mi abuelo y de mi padre. Y detalla el
programa que están preparando:
“Iniciamos
los festejos desde el día domingo 26 con el Festival Gastronómico Veracruzano.
El 27 con una conferencia a las 5 de la tarde a cargo del Cronista de la Ciudad,
junto con una exposición de fotos antiguas del restaurante. Luego a las 18:30
se hará un homenaje a “clientes fundadores”. Como el primero de marzo es
miércoles de ceniza, el día 28 se celebrará la misa de acción de gracias que
oficiará el señor obispo Hipólito Reyes Larios en la iglesia de San Jerónimo a
las 8:30 de la mañana. Por la tarde tendremos música viva. El día primero, que
es el aniversario, a las 15 horas partiremos el pastel, a las 8 de la noche
tendremos mariachi. El jueves 2 a las 8 de la noche habrá un grupo de fandango
jarocho. El viernes 3 concierto de Tlen Huicani y el grupo Xallapan a las 20:30 horas. El
sábado 24 habrá una cena jarocha donde los invitados asistirán con el traje
jarocho, habrá menú especial, ballet folklórico y música en vivo. Finalmente el
domingo 5 será la clausura del festival gastronómico y de los festejos, a las 5
de la tarde. Están todos invitados”.
Para
finalizar. Don “Chucho” Morales expresa: “Arcos de Belem” nos ha dado muchas
alegrías, muchas satisfacciones. Desde luego nos ha costado mucho esfuerzo,
pero hemos logrado permanecer en la preferencia de la gente a pesar de la
competencia. Nos llena de orgullo ser los más antiguos, ahora con mis hijos al
frente. Agradezco a Dios y a mi familia, a todos los clientes y amigos que
gracias a su preferencia hemos podido permanecer por muchos años y pretendemos
continuar de esa manera”. Concluye.
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