“No le tengo miedo ni a las canas ni a las arrugas, sino a la falta de interés por la vida. No le tengo miedo a que me caigan encima los años, sino a caerme yo misma”.
María Félix, la cara más bella de la Época de Oro del cine mexicano, la actriz más temperamental y seductora, conocida también como ‘La Doña’ o ‘María Bonita’, es un mito viviente gracias al carácter indomable que demostró dentro y fuera de las pantallas.
María de los Ángeles Félix Güereña nació en el municipio de Álamos un 8 de abril del año 1914. Paradójicamente un mismo día, pero en el año 2002, fallecería en la ciudad de México. Durante su adolescencia, ya viviendo en Guadalajara gana como reina de la belleza de la Universidad de la ciudad.
Fue descubierta por el director Miguel Zacarías, quien intentó y logró potenciar aquella "apasionada frialdad" que caracterizaba sus actuaciones. Con Miguel Zacarías debutó en el cine en 1942, interpretando la película El peñón de las ánimas, que inició la lista de los filmes en los que compartía reparto con el que iba a ser más tarde su tercer marido, Jorge Negrete. Trabajó por toda Latinoamérica y también en Europa, sobre todo en España, Francia e Italia, donde alcanzó gran popularidad.
La Doña, como solía llamársela, se convirtió pronto en un mito viviente del cine mexicano. La Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó el Premio Ariel a la mejor actriz en tres ocasiones: en 1947, por Enamorada; en 1949, por Río Escondido , y en 1951, por Doña Diabla.
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