lunes, 29 de octubre de 2018

La cofradía de la mano caída

(Fragmento del libro de Loret de Mola, Los Escándalos)

“No tengo nada contra la comunidad gay, todo lo contrario todos mis RESPETOS para la DIVERSIDAD SEXUAL pero aprovecharse de tanto poder para hacer sus desmanes es de pensarse, principalmente si son Presidentes de la Republica”

Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo sí eran homosexuales. Miguel de la Madrid fue surtido de amantes por Carlos Salinas y esto fue lo que ocasionó que de la Madrid hiciera a Salinas su sucesor en la presidencia en vez de Cárdenas. De Zedillo se sabe que su amante era Jaime Camil, y por eso fue en ese sexenio cuando se publicitó mucho Jaime Camil en la farándula.

En el libro “Escándalos” de Rafael Loret de Mola se exhibió la existencia de una “mafia” política cuyo principal instrumento para acceder al poder público, era su inclinación sexual hacia los varones. 

Con Vicente Fox, este grupo fue alejado de la federación, pero algunos de los priistas de lo que el periodista llamó la “Cofradía de la Mano Caída” permanecen dentro de la estructura del Estado.

Libro editado en 2000, reveló una realidad en la que coincidieron Porfirio Muñoz Ledo y otras fuentes que expresaron sus testimonios a Loret de Mola sobre la homosexualidad de algunos políticos, amén de excesos y relajamiento moral de aquella clase gobernante.

De acuerdo con el autor, la cofradía se instaló en Los Pinos a partir del mandato de Miguel de Madrid, aunque también Luis Echeverría haya levantado sospechas a partir de su “predilección” por dos jóvenes gobernadores. Lo trascendental fueron los festejos de homosexualidad que protagonizó De la Madrid, y llevó al palacio de Covián al polémico Manuel Bartlett, quien también formó parte de aquella mafia, tal como su secretario particular de Presidencia, Emilio Gamboa Patrón.

La “Debilidad” por los varones es lo que caracteriza a la cofradía de la mano caída, la misma que tenía un hijo de Miguel de la Madrid que, como señala el periodista, heredó la orientación sexual de su padre, con toda normalidad incluso llevó a Los Pinos a quien fuera su pareja durante ese sexenio, con el consentimiento de la primera dama, doña Paloma. Se trataba de un extranjero de tez morena.

En ese sexenio, Carlos Salinas de Gortari ocupó la Secretaría de Programación y Presupuesto, para después llegar a la Presidencia; y entre sus méritos estaba, ser miembro selecto de la cofradía. A Salinas le acompañaba como sombra Córdoba Montoya, quien por cuya influencia y “cercanía”, convenció a Salinas de poner a “La Neta” Ernesto Zedillo, una vez ocurrido el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Carlos Salinas, en todo caso bisexual de acuerdo con una fuente de Rafael Loret de Mola, se “involucró” con el ex gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, quien por cierto era su cuñado; razón por la cual Raúl, el hermano incómodo, ordenó el magnicidio por petición de la afectada esposa Adriana Salinas de Gortari. Escándalo que puso en riesgo la estabilidad del Estado mexicano.

Por su parte, Jorge Carpizo, otro miembro destacado de la cofradía, fue rector de la UNAM, Secretario de Gobernación y Procurador General de la República. Además de su orientación sexual diferente, compartida por su discípulo Alfonso Navarrete Prida, tenía el gusto por vestir de mujer, según testimonios recogidos en la obra.

Ya en el gobierno de Zedillo, cuando por los pasillos de Presidencia desfilaban cantidad de jóvenes atractivos pero escasamente capacitados para las tareas políticas, Esteban Moctezuma, y Francisco Labastida, así como Emilio Chuayfett, Diodoro Carrasco y César Camacho Quiroz, pasaron por la Secretaría de Gobernación, todos en virtud de su sobresaliente membresía de la cofradía.

Loret de Mola sugiere que Emilio Chuayfett llegó a Gobernación luego de demostrar su lealtad a la “mafia”, ocultando el escándalo de uno de los hijos de Zedillo dentro de un automóvil, relacionado también con la su predilección sexual por lo varones.

Diodoro Carrasco, ex gobernador de Oaxaca, cuya debilidad sexual por Gabino Cué lo hizo crearle una Secretaria Técnica, siendo él Gobernador y la propia condición de Cué es un secreto a gritos en ese estado del sur de la República.

Para algunos la versión periodística del libro “Escándalos” es un atado de conjeturas; para otros, homofobia pura del periodista. Loret de Mola ha dicho que no condena la orientación sexual de los políticos señalados, sino que su propósito es denunciar los abusos y excesos que cometieron protegidos por un grupúsculo priista que compartía su condición sexual.

¿Dónde se encuentra ahora la cofradía de la mano caída?  Un poco desarticulada. Pero algunos de sus integrantes permanecen en el escenario.

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