Desde la finca
Por: el cortador
De la Magdalena a la Asunción.- El viejo cortador curtido por el tiempo y el trabajo, salió
caminado de Xico por la calzada que conduce a la cascada después de haber
disfrutado de las tradicionales fiestas de María Magdalena.
En su caminar rumbo a
Teocelo caminado entre los cafetales, admirando esta zona que es reconocida
como zona “ramsar”, en su lento caminar elucubrando recordaba cuando el piojito
transportaba a Porfirio Díaz y Rubén Darío por estas verdes montañas para inaugurar
este medio de transporte que fuera el más importante de la zona.
El viejo cortador tropieza
entre las piedras, cuando cruzaba la cascada de texolo por su bien conocido y
clásico puente, dejaba atrás a la magdalena e iba por la asunción.
La diferencia entre la
asunción y la magdalena solo es una; la eterna polémica entre Xico y Teocelo,
gente de trabajo, cordial y productores de café.
Recordando el tintineo de
los cascos en la calza simétricamente diseñada y cuidadosamente elaborada recordaba
cuando su madre con discreta devoción le comentaba que había algunos infantes
que la gente les decía: “duendes” y atravesando las veredas de la barranca la
penumbra del atardecer, le hacía sentir temor de aquella dama cuyo conocimiento
del clamor popular levita en los lugares oscuros algunos le decían: “la llorona”
El viejo cortador recuerda
con nostalgia cuando lo espantaban los duendes y el ruido del viento entre los
árboles, con la preocupación de encontrarse a aquella dama que algunos le
decían “la llorona”, ahora el miedo es encontrarse a algún vivo que le quiera
quitar lo poco que trae, los tiempos han cambiado tanto que ahora todos les
temen a los vivos, cuando a las personas encontradas en las veredas se les
identificaba con un amable: “buenas tardes”, ahora hasta eso se ha perdido.
Arribando a la tierra del
dios tigre cuyo mito se funda en un felino tradicional de la región, actualmente
desaparecido pero que se conserva como un símbolo de fortaleza y de nobleza,
característica de la gente de esta región y preocupado por la inseguridad el
viejo cortador camina a paso lento, lamentándose de que ya no podrá caminar
después de la 7 de la tarde porque dicen que la inseguridad ha invadido a la
región cuando antes esta zona era de gente noble y cariñosa.
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