DESDE EL AULA
Solía
decir un magistrado del Tribunal Electoral que “lo importante era que los votos
cayeran en la urna” porque una vez ahí, las posibilidades de invalidar los
resultados escasas. El comentario debe leerse en el contexto de una charla en
la que se aconsejaba recurrir a todo tipo de actos, así fueran inmorales o ilícitos,
todo con el propósito de llenar la urna en cuestionada aceptación de que el fin
justifica los medios.
Tal vez
esta fue la tesis que inspiro la expresión “haiga sido como haiga sido” del
expresidente Calderón, con la que de manera tacita, posiblemente sin quererlo, reconoció
haber llegado a la Presidencia, utilizando medios nada ortodoxos, por no decir fraudulentos,
para luego abrir la caja de pandora, desatando una “guerra” fallida contra el narcotráfico
que ha enlutado a miles de familias y teñido de sangre el territorio nacional.
Lo
anterior viene a colación porque la jornada electoral reciente, en nuestro
municipio, según testimonio de muchos, la compra de votos por parte de la
alianza política que se hizo de la victoria, se dio sin pudor política que se
hizo de la victoria, se dio sin pudor alguno, con franco descaro, lo que en el
hoy y en apariencia, carece de importancia, pues “haiga sido como haiga sido”,
los votos llegaron a la urna y han sido calificados como válidos,
imperfecciones de la democracia si se quiere, pero la voluntad ciudadana quedo
de manifiesto. Lo que sigue es otorgar otro voto de confianza a las autoridades
electas, concederle el beneficio de la duda y esperar de ellos un ejercicio de
gobierno ejemplar que recupere la confianza ciudadana, empático con la gente,
eficiente y eficaz, que considere la transparencia y la rendición de cuentas,
no como obligación legal, sino como oportunidad de comunicación permanente.
Queda un
periodo amplio para la elaboración de proyectos, diseño de políticas públicas,
construir acuerdos, integrar equipos, planear una visión de largo aliento, para
que el próximo primero de enero arranquen con metas claras y rutas trazadas. No
vale la apuesta al fracaso. El éxito debe ser el propósito para bien de
Coatepec.
Desde el
aula, se deben sembrar las semillas de la participación democrática, pues es de
vital importancia generar conciencia, de que la omisión de las
responsabilidades ciudadanas, otorga la validación de la incongruencia.
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