lunes, 12 de junio de 2017


Trastornos alimenticios

Es normal que los jóvenes de ahora queramos ser “fit”, es decir, vernos de lo mejor posible físicamente, lo que nos lleva a hacer dietas que nos ayuden a tener una vida saludable. Pero existe una línea muy ligera entre tener una vida saludable y tener una obsesión por mantener un cuerpo “perfecto”.

Existen diversos factores que inclinan a los jóvenes a tener este tipo de trastornos. Algunos pueden ser: biológicos, pues nacen con esa “necesidad”; psicológicos, donde carecen de un sentido de pertenencia y seguridad en sí mismos; familiares, porque carecen de comunicación; y finalmente sociales, como estereotipos tanto de mujeres como de hombres los cuales son promovidos es en redes sociales.
Existen diversas complexiones en las chavas y chavos, pero los estereotipos cambian rápidamente, pues si eres alta dicen que es mejor ser chaparrita; si eres delgada es mejor tener un poco más de “carne” y viceversa; si eres güera es mejor ser morena; si tienes mucho busto es mejor tener menos; si tienes pocos glúteos es mejor tener más. En los jóvenes varones, donde un chavo perfecto es aquel que tiene “cuadros” en su abdomen, glúteos grandes y carita de niño de 15 años, sin acné, con barba y con buen sentido del humor. Estos son algunos ejemplos de tantos, donde las jóvenes se confunden con su cuerpo y sienten esa necesidad de satisfacer a la sociedad. Pero… ¿Dónde queda su propia opinión?.
En los años 80´s y 90´s se extendió la bulimia y la anorexia, trastornos donde en la sociedad hubo un alto nivel de alarma; pero las cosas siguen cambiando y ahora existen otros tipos de trastornos como: la Ortorexia, que se trata de la obsesión de alimentarse con suplementos; la Vigorexia donde se vuelven adictos al ejercicio; la Parmarexia, que es hacer dietas extremas que les bajen más rápido de peso; la Drunkorexia donde intercambian sus comidas del día por alcohol en una noche; la Potomania donde satisfacen el hambre con agua, a pesar de no tener sed y por último el Síndrome del comedor nocturno donde sacrifican las comidas del día para en la noche atragantarse de comida “sana”.  
Este tipo de trastornos afecta más a las mujeres según la revista Salud180 y no hay una edad exacta para desarrollarlos, aunque es más común en los jóvenes a partir de los 13 años que es cuando empiezan a salir con amigos, influenciarse de ellos y conocer nuevas personas con las cuales se comparan y comienza la etapa de imitación. Es cuando aparece el bullying a las personas que son gorditas o a los que son demasiado flacos.
En esta etapa, los jóvenes piensan más en los estereotipos sociales, pero se dejan a un lado ellos mismos. Deberían saber que tal y como son, son únicos y especiales; que no hay nada en el mundo que pueda comparárseles y que, si bien es cierto, que el físico puede atraer a muchas chicas o chicos, pero que siempre una persona segura de sí misma, con cultura y educación, con sentimientos nobles y sobre todo valores; es mejor que aquel que tiene el premio de Miss universo o el mejor Fisicoculturista.

“Los gimnasios están llenos, las librerías siguen vacías. Tenemos mucha gente con cuerpos perfectos, pero sin nada qué decir”   -Joaquín Sabina

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