EDITORIAL
Una
de las características del tiempo actual es la celeridad con que se producen los
cambios. Las innovaciones tecnológicas se dan de manera vertiginosa y el
conocimiento adquiere un valor preponderante. Esta realidad siempre en
transformación impone enormes retos para las personas en lo individual, en la
sociedad civil, a la empresa y los gobiernos. Todos estamos expuestos a
laspresiones del cambio, pero la capacidad para responder adecuadamente al mismo,
es diferente. Quien no innova, se excluye de los beneficios de la modernidad.
En
el caso de los países, la resiliencia, entendida como la forma que una sociedad
enfrenta los cambios de manera sostenible, se determina por diversos factores.
Está demostrado que las economías incluyentes tienen mayor capacidad para
adaptarse a los cambios, en contraste de aquellas que se caracterizan por la
desigualdad en el ingreso. Una buena gobernanza es primordial para la capacidad
de adaptabilidad.
De
primera intención puede pensarse que la capacidad para responder temprana y
eficazmente a cambios derivados de desastres naturales, crisis
políticas-sociales y económicas, o para anticiparse a transformaciones
previsibles en temas demográficos, climáticos, de innovación tecnológica, de
globalización, etc., guarda proporción directa con su riqueza, no necesariamente
es así; pensemos por ejemplo en las economías de México y de los Estado Unidos
de Norteamérica, existen entre ambas grandes asimetrías, sin embargo frente a
los embates de fenómenos meteorológicos, México responde con mayor oportunidad
y eficacia.
Adquirir
conciencia delo importante que resulta el desarrollo de competencias,
habilidades y capacidad de adaptabilidad a las circunstancias en permanente
cambio, los coloca frente a enormes áreas de oportunidad, a condición de
revisar con ánimo innovador, el modelo educativo, el de gestión institucional,
el de seguridad pública entre otros.
La
referencia histórica es útil, pero nuestra visión no debe anclarse en el atavismo,
las epopeyas o tragedias del pasado. El diseño de las políticas públicas y de
los proyectos, sean estos individuales o colectivos debe estar acorde a una
visión de futuro.
En
un ejercicio introspectivo y crítico, analicemos si nuestra actitud es de
apertura al cambio o al pasmo, teniendo presente que es inútil pretender
productos diferentes repitiendo los mismos procesos.
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