REPENSAR LA SOCIEDAD CIVIL.
Roberto Macías
Retomando mi participación en el
foro democrático convocado por el Instituto Nacional Electoral en su distrito
IX con sede en Coatepec, me gustaría reconocer la buena la intención de sentar en
un conversatorio a los diferentes actores de la Democracia: La Sociedad Civil, los
Servidores Públicos y los Partidos Políticos. La democracia en México, como lo
dije en mi ponencia, está secuestrada por los partidos políticos y como
consecuencia por los servidores públicos. Por eso resulta sintomático el hecho
de que solo dos partidos acudieran al Foro: Nueva Alianza y Movimiento
Ciudadano; no así los llamados “partidos grandes”, todos con alcaldes electos a
punto de tomar el poder por cuatro años; un gran desprecio para este buen intento
de promover la cultura democrática.
En la definición clásica, la
Democracia Representativa es el gobierno de los ciudadanos, los ciudadanos gobiernan
a través de sus representantes elegidos, llamados eufemísticamente
“mandatarios”. La vida de los ciudadanos y sus relaciones con los poderes
legalmente constituidos, está regulada por la Constitución y las leyes
particulares, de tal manera que se diceque vivimos en un Estado de Derecho,
estribillo que repiten los políticos a la menor provocación.
Sin embargo, la realidad es muy
diferente al discurso. Podríamos aceptar
que nuestra legislación es en muchos aspectos es “de avanzada”, mas no así el
comportamiento de los responsables de su aplicación, desde los servidores públicos
del más ínfimo nivel,los legisladores, jueces y hasta el propio presidente de
la república, sin que se presenten contrapesos ni sanciones, generando lo que
llamamos “impunidad”.
Existe a mi juicio una confusión
entre el deber legal y el deber ético. Para entender lo que pretendo explicar
me permitiré dar un ejemplo: Cuando se reclamó públicamente al senador Diego
Fernández de Ceballos el que siguiera litigando en contra del Estado Mexicano y
obtuviera, en un solo litigio, sumas millonarias para su cliente, él contestó
más o menos lo siguiente: “A nadie se le puede prohibir ejercer el derecho
constitucional de ejercer su profesión”. En consecuencia, dichos actos a todas
luces deshonestos,fueron considerados legales.
Me permití
utilizar la frase del sociólogo político estadounidense Larry
Diamond para definir el papel deLa Sociedad Civil en la vida democrática: “Espacio de la
vida social organizada voluntariamente autogenerada, altamente independiente,
autónoma del Estado y limitada por un orden legal o juego de reglas compartidas”.
El espacio de la Sociedad Civil es ante
todo el espacio de la Ética.
La Sociedad Civil busca el bien
ético dentro del marco de lo legal. Pretende regresar las instituciones
democráticas a la práctica delos valores sociales y culturales con los que se
organiza nuestra sociedad en la tradición liberal.
Considero que es momento de repensar
la Sociedad Civil, para que mediante el diálogo y la exigencia pueda limitar el
poder autoritario de Estado, promover la participación ciudadana en la vida
política y progresivamente suplir a los partidos que como hemos dicho han
constituido en los últimos años, el principal obstáculo para la vida
democrática.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario