lunes, 3 de agosto de 2020

CON-CIENCIA - Por: José Jácome

La Pátina o cómo los metales se protegen



La pátina es una capa fina de óxido de color verdoso que se forma en el bronce y en otros metales a causa de la humedad. También se le llama así al debilitamiento del color u obscurecimiento que presentan los objetos antiguos. La palabra viene del latín “patina”, plato, por el barniz del que estaban revestidos los platos antiguos.


En el bronce es una capa de las sales de cobre que se originan por su degradación debido a la oxidación pero de forma muy lenta. Algunos óxidos de cobre son el óxido cuproso (cuprita) que es el que tiende a formarse primero y tiene generalmente colores rojizos. Este se convierte rápidamente en óxido cúprico (tenorita) que es marrón oscuro o negro.


El cardenillo es el tipo de pátina más conocido, es de un color azul-verde semisaturado similar al turquesa, se forma sobre superficies de cobre o de alguna de sus aleaciones, como bronce o latón. El color de la “Estatua de la Libertad” como la conocemos se debe a la capa de cardenillo que cubrió el color original de bronce de la colosal escultura.


Estas pátinas aparecen en los metales como el cobre ya que tienden a regresar a su estado natural, como estaban antes de que los extrajeran de la naturaleza, es decir en forma de minerales. Esto se da generalmente de forma muy lenta y lo vuelve más resistente a la corrosión, así que cuando se oxidan estos metales en realidad se vuelven más fuertes y más durables.


Existe también una pátina inestable y destructiva que se le conoce como cáncer o enfermedad del cobre y esto se debe a la presencia de sales de cloro, atacamita y paratacamita, sobre la superficie de objetos formados por aleaciones de cobre como monedas, esculturas, y utensilios. Esta corrosión es muy destructiva se activa cuando los ambientes son muy húmedos ya que el oxígeno y el agua del aire vuelven el cloruro cuproso en ácido clorhídrico que corroe el objeto produciendo más cloruro cuproso, así hasta que se desintegra el objeto. Para los numismáticos (coleccionistas de monedas) su enemigo número 1 es la humedad ya que puede dañar o desgastar las monedas de bronce.


Una buena pátina no debe ser quitada de monedas, esculturas, campanas o superficies en general, además será inevitable que se recubra de nuevo de pátina por lo que se perderá una parte muy leve del metal cada vez que se quite. Generalmente esta tiene un valor estético y los objetos antiguos valen más con la pátina original que cuando se les da un tratamiento para restaurarlos.

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