DESDE
EL AULA
La presente administración municipal se ubica ya
en su recta final. En cualquier momento irrumpen en el escenario la nostalgia y
los actos de constricción; la mirada retrospectiva es inevitable como inútil
tratar de recuperar oportunidades idas de hacer y servir. Qué ironía, cuatro
años de aprendizaje pagado, los mismos de una carrera universitaria.
El
proceso de entrega y recepción de la administración pública municipal, inició
formalmente el miércoles 17 de mayo con un curso de capacitación impartido por
funcionarios del ORFIS, de manera clara, oportuna y sobre todo profesional,
estableciendo un calendario de actividades y seguimiento de tal suerte que no hay
pretexto para realizar este proceso con puntualidad sobre una base real. Se
trata pues de plasmar en un documento la situación que guarda la administración
pública municipal y mucho dependerá de la claridad con que se rinda la
información jurídica, administrativa, programática, presupuestal, financiera,
patrimonial y técnica, el que la nueva administración disponga de elementos de
conocimiento necesarios para tomar las mejores decisiones en favor de los
ciudadanos a los cuales debe servir.
En
otro tenor, resultan muy preocupantes los niveles de descomposición en el
tejido social que provocan un lamentable desprecio por la cultura de la
legalidad, los valores y la dignidad de las personas. Las manifestaciones de
violencia son escalofriantes y la inseguridad galopa sin control por todos
lados dejando una estela de miedo, muerte, desolación e impunidad. Los alardes
y promesas de abatir la inseguridad han quedado solo en eso.
Nuestro
querido Coatepec vivió tiempos de mucha intranquilidad; los índices delictivos
encendían señales de alarma y los guardianes del orden generaban profunda
desconfianza. Desde la trinchera ciudadana se alzaron voces valientes
protestando por tal situación, resistiéndose a aceptar como normalidad un
estado de descomposición, a la vez que solicitaban la intervención de otros
niveles de autoridad. El resultado fue la disolución de la policía municipal e
instalación del Mando Único, con la presencia de la Fuerza Civil, sin soslayar
críticas, la percepción ciudadana que prevaleció fue en el sentido de que
mejoró la seguridad.
Por
eso llama mucho la atención que recientemente el gobierno del Estado “dio la
instrucción” de implementar, de nueva cuenta, la policía municipal. No se duda
de la buena intención de la medida, pero se plantea en un momento inoportuno,
considerando que en todo caso debiera de darse al inicio de la siguiente
administración municipal y ser precedida
de sendos análisis financiero, operativos y de seguridad. Coatepec se siente
agraviado, se encuentra muy sensible. Hay que pensar muy bien en la pertinencia
de la “instrucción gubernamental”; el horno no está para bollos, un paso en
falso, una decisión equivocada, hasta un error involuntario, nos puede llevar
al sin sentido.
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