En base a los múltiples reportes que llegan a este Semanario ESPRESSO, sobre incontables situaciones que se dan en las calles, donde tal vez por ignorancia o por total indiferencia, se generan diversos problemas que se hacen colectivos; es necesario hacer un replanteamiento sobre las reglas de convivencia social.
Definitivamente uno de los grandes problemas que tiene nuestra ciudad, que si se le pone atención podría ayudar en la solución de serias dificultades que tenemos, es la falta de cultura ciudadana. La cultura ciudadana, se podría definir como un sentimiento homogéneo de pertenencia por la ciudad, basada en el civismo, la solidaridad, la tolerancia, el respeto y la convivencia pacífica. Nuestra ciudad sería mucho mejor si todos pusiéramos en práctica estos elementos, porque muchos de los conflictos y problemas que vivimos se generan por falta de cultura ciudadana.
La administración municipal debería contemplar, para la formulación de su plan de acción de los próximos tres años, la ejecución de un trabajo serio, profesional y estructurado en este sentido. Muchas de nuestras dificultades como la basura, la contaminación por ruido, el caos en el transporte, la inseguridad y la convivencia ciudadana, podrían atenuarse con una buena dosis de cultura ciudadana.
Arrojar las basuras a la calle y no respetar los horarios de los camiones recolectores, atentando contra la estética de la ciudad, son ejemplos de falta de cultura y disciplina. Igual sucede con la contaminación auditiva que se genera en muchos sectores de la ciudad, donde el ruido de los motores y claxon de los vehículos sumados a las escandalosas bocinas de los vendedores fijos y ambulantes, sin ningún control, generan un verdadero caos para nuestros oídos.
El caos vial, el estacionarse en lugares prohibidos, el incumplimiento de las normas de tránsito y de seguridad por parte de automovilistas y motocicletas, así como la imprudencia de ciclistas y peatones; también podrían superarse en gran medida con respeto y tolerancia. Igualmente, si fuéramos más solidarios contribuiríamos a contrarrestar la inseguridad que se vive en la ciudad. Si ayudáramos a cuidar los bienes de nuestros vecinos, podríamos obtener lo mismo de ellos. Si denunciamos a tiempo a los sospechosos y colaboramos con información para las autoridades podemos obtener mejores resultados contra la delincuencia.
Claro que todo esto debe ir acompañado de autoridad por parte de la administración municipal, porque no solo con cultura ciudadana se logran los cambios. Es herramienta muy importante, pero también es necesario la mano de las autoridades para reforzar este otro componente cívico. Esta tarea no la debe desarrollar solamente el Ayuntamiento sino que debe ir acompañada por el apoyo de los gremios, como la iglesia, los empresarios, los medios de comunicación y por su puesto la misma ciudadanía.
Hagamos lo que nos toca y no hagamos lo que no está permitido
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