lunes, 9 de septiembre de 2019

EDITORIAL


Septiembre es para los mexicanos un mes de gran relevancia histórica, social y cultural. Al ser considerado el mes patrio, obliga a reflexionar sobre los acontecimientos que se rememoran, principalmente los días 15 y 16, Aniversario del inicio de la Independencia de México con el Grito de Dolores, que representó la declaración de independencia tras más de 300 años bajo el dominio español.

A 209 años de la justa que llevó a nuestro país a tomar su propio rumbo, lejos de la corona española, es válido hacer una pausa para ver en dónde nos encontramos hoy con respecto de los ideales por los que se luchó.

Muchos se esmeran en adornar sus casas poniendo un adorno conmemorativo o alguna bandera en el exterior, costumbre que se ha ido perdiendo; en las escuelas los alumnos adornan sus salones, otros más colocan una bandera en sus coches para sentirse más mexicanos, en los autobuses del servicio público se colocan enormes banderas para que en sus unidades se vea el fervor patrio. Los días 15 y 16 es cuando nuestro patriotismo se desborda en los actos cívicos y populares que organizan nuestras autoridades. El tradicional Grito y posteriormente el desfile que se realiza en nuestros municipios y estados conmemorando a todos los personajes que hicieron que nuestra Patria fuera libre y soberana.

El sentido de la nacionalidad, el nacionalismo puro, se ha ido perdiendo. Morelos, preclaro en todos aspectos, en Chilpancingo, en 1813, nos demostró, con sus ‘Sentimientos de la Nación’, su amor por México, su gran sentido de lo que es la mexicanidad. En los días actuales las nuevas generaciones poco o nada saben de la historia del país, desconocen lo que es abrazar el patriotismo, el saber sobre quiénes dieron su vida por ver a un país libre de yugos, de presiones, de amenazas, en lo interno y en lo externo. No sólo eso, los ideales de la Independencia junto con los del movimiento armado de 1910, desafortunadamente no hacen vibrar a los hijos menores de un México esplendoroso, de una nación a la que naturaleza le da todo, de un pueblo que reclama justicia. La mentalidad de los jóvenes ha sido cambiada.

No se necesita "ser un héroe" para hacer algo por nuestro país, solo debemos ser mejores en nuestras actividades diarias. El ser mexicano es un gran orgullo que debemos de expresarlo toda nuestra vida y nos compromete a ser mejores, porque aquellos personajes ilustres que dieron su vida por nuestra nación lo hicieron para que tuviéramos un gran futuro como país y debemos de valorar el sacrificio que hicieron en defender nuestra patria. Ahora nuestros jóvenes son los que les toca defender a nuestra nación, pero lo harán siendo buenos mexicanos... honrados, leales a sus principios, preparándose para ser buenos profesionistas, respetando las leyes, velando por los demás, cumpliendo las leyes y, sobre todo, fomentando el amor a nuestros símbolos patrios y a México.


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