lunes, 9 de septiembre de 2019

ANIMASCOTAS Por Paulina Quetzeri Santiago



Mitos y realidades de la esterilización de mascotas


Hace ya algunos años, empezó a difundirse en el gremio veterinario una práctica que, al día de hoy, se convertiría en un procedimiento “de rutina”: la esterilización de perros y gatos. Con el creciente abandono de las mascotas se tuvo que buscar una opción para comenzar a frenar esta sobrepoblación y la esterilización se convirtió en una herramienta muy eficaz para el control de la natalidad y puede traer muchos beneficios a la salud de los animales.

A pesar de los beneficios y toda la información disponible alrededor de ella, aún hay muchas creencias erróneas alrededor de esta práctica y hay quienes no terminan de animarse a esterilizar a sus mascotas. A continuación se listan algunos de los mitos más comunes y la razón por la cual no es correcto creer en ellos:


1. Las hembras podrían desarrollar cáncer si no tienen al menos una camada: es de los más difundidos incluso entre médicos veterinarios, pero esto es totalmente falso; es más probable que por la actividad hormonal del aparato reproductor, desarrollen algún tipo de cáncer cuando tengan una edad avanzada. El embarazo es un proceso fisiológico muy agotador y consume muchos recursos, por lo que es mejor evitarlo en medida de lo posible.

2. Se pueden deprimir debido a que no pueden disfrutar de su sexualidad: los animales se reproducen únicamente por instinto y no por placer; es cierto que cuando una hembra está en celo, los machos y ella misma se inquietan, pero esto responde únicamente a comportamientos instintivos, los cuales desaparecen una vez que se retira el aparato reproductor, pues la producción de estas hormonas disminuye y no detona estos comportamientos.

3. Pueden engordar después de la operación: esto tiene más que ver con una dieta inadecuada y falta de ejercicio; si bien puede que disminuya un poco su actividad los primeros días debido a la cirugía, en realidad esto no tiene que ver directamente con su condición corporal, por lo que si se nota un aumento de peso anormal es mejor consultar con el médico veterinario para descartar alguna otra patología.

4. Cambia su comportamiento y se vuelven apáticos: los únicos comportamientos que se evitan son los sexuales; por los demás no debería haber ningún cambio u otros problemas.


Una esterilización bien realizada puede disminuir desde problemas relativamente leves como escapes en épocas de celo y camadas no deseadas hasta reducir las probabilidades de presentar cáncer de testículos o próstata en machos y cáncer de ovarios o útero y piometras (una infección grave del útero) en hembras.

A pesar de que, como ya se mencionó anteriormente, se ha vuelto un procedimiento “de rutina”, hay que recordar que la esterilización es una cirugía, por lo cual conlleva algunos riesgos y no puede ser realizada por cualquier persona; debe ser realizada por un médico veterinario con cédula profesional para que estos riesgos se reduzcan al mínimo y debe de tener todos los cuidados previos (consulta, historia clínica, exámenes de sangre, ayuno) y posteriores (limpiezas, medicación, consultas de control, etc.) para evitar complicaciones antes, durante o después de ella.

Esterilizar es un acto de amor que ayudará a que nuestros amigos vivan con nosotros por mucho tiempo y con una mayor calidad de vida.

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