lunes, 14 de octubre de 2019

¡AHORA es el CAMBIO! Por: Juan Carlos Atzin Calderón



“Hablar de hacerle frente a los monocultivos no es un tema que nos quede distante, toda vez que desde nuestros espacios podemos incentivar a la producción agrícola amigable con el ambiente”

· Juan Carlos Atzin Calderón

Han pasado más de 500 años y el saqueo sigue vigente en nuestras comunidades, con otras formas y nombres, pero con el mismo sentido rapaz. Las embarcaciones que ayer zarpaban de los puertos con plata, oro, cacao, caucho y más productos de valía, hoy son cargueros que se llevan nuestra agua y suelo en los chips, la celulosa y más objetos y productos, se llevan también nuestra atmósfera para comercializarla en el mercado de carbono; se llevan el futuro de las próximas generaciones.

El modelo actual de globalización se asienta en una estructura de subordinación, de los países subdesarrollados, de los grupos que venden su fuerza de trabajo con respecto a los dueños del capital, de las minorías étnicas con respecto a las hegemónicas, del sexo femenino con respecto al masculino, una subordinación funcional a la formación de un capital de los grupos dominantes, a costa de grandes desigualdades para los grupos subordinados.

Este escenario de subordinación se manifiesta también en el ambiente, los monocultivos son ejemplo de ello, un modelo a gran escala que es incompatible con la natural manifestación diversa de la vida, artificial, destructivo y contaminante; una práctica agrícola que consiste en dedicar grandes extensiones de tierra cultivable a una única especie vegetal.

Si bien es cierto que los monocultivos tienen ciertas ventajas, como la producción masiva de productos agrícolas, sobre todo de alimentos básicos, que tienen que producirse en grandes cantidades y alcanzar precios bajos por volumen o peso, la realidad es que vienen acompañados de numerosos inconvenientes, tales como la pérdida de biodiversidad, un problema mayúsculo toda vez que entre más diversidad posee un ecosistema no sólo es más rico, sino que es más sostenible, en este sentido si se sustituyen gran parte de las especies vegetales por una sola, todos los animales que se sustentaban en esas plantas desaparecerán, al igual que sus depredadores.
Las desventajas siguen, ya que cuando el cultivo es uniforme es más susceptible a enfermedades y plagas, también se antera el ciclo del agua, resultando en disminución y agotamiento de las fuentes, así como aumento de inundaciones y deslizamientos, toda vez que con los monocultivos sustituye la vegetación local, se alteran cauces naturales e incluso se llegan a alterar las pendientes en busca de que el terreno sea más propio para cultivo; en este sentido aparece la degradación de suelos.

También encontramos efectos negativos desde lo social, toda vez que se da la pérdida de culturas locales y tradicionales dependientes de los ecosistemas originales, disminución de fuentes de empleo en zonas de tradición agropecuaria, toda vez que con el monocultivo se pierde la diversificación de épocas de siembra, cosecha y comercialización, centrándose todo en fechas muy específicas.

Queda a la vista que el monocultivo no es una práctica muy sostenible, por lo que desde nuestro espacio de acción podemos incentivar a que esto cambie, ya sea comprando a los pequeños agricultores directamente, impulsando los cultivos rotativos y con barbecho, capacitando y asesorando a los agricultores, de esta forma será posible mantener la integridad del suelo y sus propiedades nutritivas de manera natural, siendo además amigables con el ambiente. ¡AHORA es el CAMBIO!

Contacto: WhatsApp: 2282153412 Correo electrónico: juancarlosatzincalderon@gmail.com

________________________________________________
________________________________________________
________________________________________________
________________________________________________


No hay comentarios.:

Publicar un comentario