lunes, 27 de enero de 2020

ANIMASCOTAS Toxoplasmosis en gatos: mitos y realidades



Cuando de gatos se trata, sabemos que hay muchos mitos alrededor de ellos, desde creencias místicas hasta cuestiones relacionadas con la salud pública.

Una enfermedad que injustamente se le atribuye a los gatos es una parasitosis causada por un protozoario denominado Toxoplasma gondii. La toxoplasmosis es una zoonosis, es decir, es una enfermedad que se puede transmitir de animales hacia las personas; los gatos y otros felinos son los hospederos definitivos y otros mamíferos y aves actúan como intermediarios. En estos últimos generalmente es benigna, sin embargo otras veces se manifiesta muerte neonatal, hidrocefalia, macrocefalia y abortos.

A grandes rasgos, este protozoario se desarrolla en el aparato digestivo del gato y se disemina en porciones llamadas “ooquistes” los cuales son expulsados en las heces y necesitan de condiciones específicas para desarrollarse y continuar su ciclo en otro hospedero. Los gatos son el objetivo final, sin embargo esto no quiere decir que transmitan este parásito en el pelo, y por supuesto convivir con gatos durante el embarazo no necesariamente quiere decir que esté ligado a abortos.

Para que un ser humano sea infestado con el parásito, es necesario que ingiera carne mal cocinada de algún hospedero intermediario que haya tenido toxoplasmosis, verduras sin desinfectar que hayan tenido contaminación fecal, o tener una mala higiene al momento de manipular el arenero de un gato, esto suponiendo también, que el gato no lleva una correcta medicina preventiva y que también esté infestado con el parásito. Existe la creencia de que si se aspiran los pelos del gato durante el embarazo, ocurrirá un aborto, esto es totalmente erróneo, puesto que, como se comentaba anteriormente, el parásito se disemina por vía fecal o por carne contaminada con los ooquistes.

¿Qué podemos hacer entonces para prevenirlo? Si somos dueños de gatos debemos acudir al veterinario para realizar exámenes coproparasitoscópicos regulares y posterior desparasitación en caso de encontrar algún signo de alarma; también cocinar muy bien la carne y desinfectar las verduras antes de ingerirlas, y si podemos saber de qué lugar proviene, mucho mejor.

La clave para una convivencia saludable con los animales y nuestro entorno es la cultura de la prevención.

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