Acompañé a la Profesora Acela Servín, en su paso por el Senado de la Republica. Además de ella, representaban al estado de Veracruz en la cámara alta del Congreso de la Unión, dos destacados tribunos: el Lic. Dionisio Pérez Jácome y el Dr. Eduardo Andrade Sánchez.
Fue una interesante experiencia que me dio oportunidad de escuchar en varias ocasiones al Lic. Porfirio Muñoz Ledo, entonces Diputado, polémico, con una inteligencia excepcional , brillante parlamentario , destacando en su curriculum una exitosa trayectoria en el servicio publico. Sus participaciones en tribuna constituían autenticas joyas de oratoria, un hombre que sin duda, hace historia en el México contemporáneo.
Hoy, siendo Diputado nuevamente, formando parte del grupo parlamentario del partido en el poder , da nota en la comparecencia de la Titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos ante la comisión permanente del Congreso Federal, sí, la misma que asume dicha titularidad en medio del escandalo y luego de una votación cuestionada, donde a decir de la oposición, se actuó tramposamente cambiando votos para obtener la mayoría requerida, pues resulta ser, por increíble que parezca, que a Muñoz Ledo sus propios compañeros de bancada, acuerdan mayoritariamente negarle en uso de la voz, violentando sus derechos como persona y como legislador, para evitar que pudiera cuestionar a la Ombudsman Nacional sobre su lamentable mutismo ante la manifiesta violación de los Derechos Humanos de los migrantes en la frontera sur por la desafortunada actuación de los elementos de la Guardia Nacional.
El asunto que pudiera parecer de poca importancia es de la mayor trascendencia y pone de relieve la intolerancia que priva en el grupo parlamentario mayoritario, la nula voluntad por el acuerdo político y la necedad de respaldar la actuación de la Presidenta de la CNDH, aun cuando ha guardado un silencio sepulcral ante temas tan delicados como es el abasto de medicamentos en los hospitales públicos, con lo que se pone en peligro la vida misma de las personas, situación que se torna mas lamentable cuando se trata de niños, lo que significa una clara violación a Derechos Humanos de primer orden.
Así las cosas, parece confirmarse que asiste la razón a quienes han señalado reiteradamente, que en todo momento ha prevalecido la voluntad de tener en la titularidad de ese importante organismo protector de los Derechos Humanos a alguien que faltando a su deber ético y legal, avale a toda costa la actuación de la autoridad.
Días después Muñoz Ledo hizo público su posicionamiento:
"Nada le puedes quitar o dar a un hombre que está más cerca de la muerte que de ver como se pierde en la mentira y en el autoritarismo el sueño de una transformación en México. Hoy puedo decir que hemos dado un salto hacia atrás de 30 o 40 años, y lo puedo decir porque yo lo viví. Yo no me voy de morena, morena se sale de mi corazón."
Si lo narrado sucede con un legislador por demás destacado, la pregunta que queda en el aire es: ¿qué le espera a los ciudadanos de a pie?
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