lunes, 2 de noviembre de 2020

2021; Consolidación de la Cuarta Transformación o retroceso. Jorge Ignacio Luna Hernández.- Regidor de Coatepec

Suena la alarma que programé la noche anterior en mi teléfono. Como puedo, alcanzo el teléfono desde la cama. Aun acostado con un ojo entreabierto, soñoliento, miro la hora; el reloj marca las 6:45 de la mañana. Así inicia otro día de trabajo. Me preparo para salir a la oficina y mientras desayuno, miro el televisor. El titular del noticiero matutino, Loret de Mola, grafica el incremento del combustible durante lo que va del sexenio frente a un nuevo gasolinazo. El litro de gasolina rebasa ya los $25.00 y el peso continúa cayendo frente al dólar alcanzando un nuevo mínimo histórico.


Las portadas de los principales medios nacionales anuncian el incremento de impuestos para hacer frente a la pandemia y aplauden –casi al unísono- la inyección de capital a las grandes empresas por parte del Gobierno Federal. Lozoya está libre y ocupa un importante cargo en PEMEX, Odebrecht continúa haciendo jugosos negocios al amparo del poder público. García Luna y Cienfuegos son Secretarios de Estado y gozan de total impunidad. El salario mínimo ha incrementado tan sólo el equivalente a la inflación y oscila entre los $93.00, las concesiones mineras se han multiplicado y ahora es normal el uso del fracking en territorio nacional. Las reformas estructurales de Peña Nieto continúan más vigentes que nunca y avanzan hacia la privatización del agua.


A un costado del parque, antes de llegar al palacio municipal, lustro mis zapatos en el negocio de don Pedro. Con un aire de desesperanza y resignación, me comenta que a sus 79 años de edad no ha salido sorteado en el programa 65 y más, el cual lleva años solicitando y sin él, se ve obligado a continuar trabajando a pesar de su avanzada edad.


Atravieso a pie la plaza pública y me veo obligado a rodearla, ocupada por un grupo de manifestantes que demandan apoyos sociales para enfrentar la pandemia y la crisis económica que se ha agravado sobre todo en los hogares más pobres del país. No existe la pensión universal para adultos mayores. No hay pensión para discapacitados. Tampoco becas para niños y jóvenes estudiantes ni becas para los jóvenes que no estudian ni trabajan. No hay apoyos para productores del campo ni microcréditos para pequeñas empresas. No ganó AMLO.


Afortunadamente este no es el escenario actual, pero podría haberlo sido si Andrés Manuel no hubiera arrasado con más de 30 millones de votos en el 2018.


El dólar se cotiza ya en valores previos a la pandemia y se acabaron los gasolinazos. El salario mínimo ha incrementado a $123 pesos. Las grandes empresas pagan sus impuestos que por años evadieron al fisco. Se acabaron los lujos innecesarios y el derroche del dinero del pueblo. Los sectores más vulnerables del país cuentan con los programas de bienestar que se han elevado constitucionalmente como un derecho del pueblo de México.


Tan solo en Coatepec se han entregado cerca de 2,000 microcréditos de $25,000 cada uno para reactivar las actividades económicas. Se han repartido cientos de apoyos a cafetaleros y cañeros de $5,000 y $7,000, respectivamente. Se ha incrementado a más del doble el padrón de adultos mayores que cuentan con su pensión universal y que reciben cada dos meses la cantidad de $2,620. Todos los jóvenes que cursan el nivel medio superior tienen derecho a una beca de $1,600 bimestrales y más de mil jóvenes que no estudian ni trabajan han tenido la oportunidad de capacitarse recibiendo una beca de $3,800 aproximadamente.


La justicia social por fin está llegando a los más de 53 millones de pobres del país, sin endeudarlo un solo peso. Esta es la apuesta de la Cuarta Transformación que el siguiente año librará su primera batalla para garantizar su consolidación o dar pauta al regreso del viejo régimen.













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