A 32 años del terremoto del 85
Por: Akin Salver
Hace
poco más de tres décadas la Ciudad de México y la zona conurbada fue sacudida
por un fuerte sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, que dejó a su pasó
una ola de devastación total tanto de bienes materiales como vidas humanas.
Dos
minutos bastaron para que miles de casas quedaran vacías, con las estructuras
dañadas, dobladas o de plano desquebrajadas.
Dichos
derrumbes mataron a miles de personas aquel jueves por la mañana, mientras que
muchas otras quedaron atrapadas entre los escombros, en un panorama de total
desolación.
Cerca
de 16 recién nacidos fueron rescatados de entre los restos de edificios, por lo
que fueron conocidos como los 'bebés milagro'.
Organizaciones
civiles crearon un fideicomiso para apoyar al grupo de niños sobrevivientes del
temblor, de esta forma a los pequeños se les cubrieron gastos médicos,
educación y en algunos momentos, alimentación, pues algunos perdieron a sus
padres.
La
cifra de muertos oscila entre las 20 mil y 40 mil personas, más de 30 mil
estructuras resultaron dañadas y la ciudad estuvo sin luz por más de una
semana.
Así,
la radio fue el único mecanismo de comunicación disponible, tras caerse las
redes telefónicas y de televisión.
Hubo
gente que quedó tartamuda, con traumas por olores o sonidos que les recordaban
aquel tiempo.
Aquella
mañana del jueves 19 de septiembre, el terremoto arrancó de cuajo manzanas
enteras, llevándose a edificios populares como el Hotel Regis, el Centro
Médico, el Hotel del Prado y el edificio Nuevo León.
También
varias secretarías y edificios de gobierno, así como un millar de
construcciones en Tlatelolco y las colonias Roma, Juárez, Guerrero y en Tepito.
El
trauma siguió al grado en que personas se dormían con la luz encendida para
verificar que la lámpara o el foco no se mecían.
Lo
que se pensaba de que los reglamentos de construcción eran adecuados para
cualquier eventualidad quedó en la basura cuando aquella mañana la Tierra se
estremeció.
La
costa de Michoacán fue el epicentro, a más de 400 kilómetros del Valle de
México, y a pesar de la distancia el movimiento fue brutal; científicos de todo
el mundo trataron de entender por qué había sido tan violento.
Es
por eso que ante los riesgos de un sismo lo vital es aumentar la prevención, y
conocer las medidas cautelares en caso de que se presente uno.
Hoy
en día se cuenta con el Sistema Nacional de Protección Civil, el Centro
Nacional de Prevención de Desastres y la alerta sísmica creada por el Centro de
Instrumentación y Registro Sísmico.
Dado
que un sismo no se puede evitar, lo que sí podemos hacer es tomar las
precauciones necesarias para disminuir las pérdidas humanas y de ser posible
mantener un saldo blanco.
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