¡AHORA
es el CAMBIO!
Por: Juan Carlos Atzin Calderón
“Las costumbres y tradiciones se viven,
se sienten, se huelen y disfrutan”
-
Juan Carlos Atzin Calderón
Ha
llegado el aroma del chocolate esperado, del pan de muerto, de las calaveritas literarias,
la puesta de altares, de los disfraces de catrinas y catrines.
El
Altar de Muertos que conocemos actualmente fue introducido a esta fiesta en la
conquista. Los españoles llegaron y combinaron la costumbre que ya estaba, con la celebración de Todos los Santos. Hoy
día, uno de los elementos de tan ancestral celebración son los altares, los
cuales se representan por varios niveles, donde se ponen todos los elementos que
hacen que su simbolismo sea tan importante.
Comúnmente
en los altares se pone la imagen o pintura del difunto en lo más alto, el papel
picado también es muy importante porque le da color al altar. Los colores
típicos del papel picado son morado y naranja, las flores de cempasúchil
tampoco pueden faltar, mismas que se han usado desde la época prehispánica, las
calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones que gustan
por su rico sabor y olor. El altar de muertos también tiene varios elementos
religiosos, la mayoría de los altares tienen cruces, imágenes religiosas y
rosarios. Estos fueron introducidos hasta después de la conquista porque antes
no existía un rastro del catolicismo.
Veracruz
es un estado multicultural que guarda gran riqueza en materia de tradiciones y
costumbres, el Día de Muertos es muestra de ello, siendo testigos de las
diversas formas de preservar una tradición ancestral. Los altares prehispánicos
estaban compuestos por sus innumerables muestras de riqueza natural, sobre todo
productiva, enfocada a la agricultura como lo fueron las más de 20 especies de
maíz existentes en el México Tenochtitlan, sumado a ello flores y frutas
originarias de las tierras Mesoamérica.
Hoy
día se ha evolucionado mucho en materia de costumbres y tradiciones, la
influencia de otras culturas, así como del tiempo, ha hecho que en México y
Veracruz demos muestra de enorme riqueza cultural al mundo. Aprovecho estas
líneas para compartir con Coatepec y la región a grandes rasgos, algunos
elementos que se acostumbra a poner en los altares de la zona norte de
Veracruz, donde la festividad comienza en septiembre, cuando inician los
ensayos de los danzantes, los altares se empiezan a construir a partir del 28
de octubre; días previos se compra flor llamada “mano de león”, cempasúchil,
bojolillo -que es una bolita repleta de ajonjolí color morado, originaria de la
Huasteca de Veracruz- entre otros insumos que se usan como adornos. Otro de los
componentes son el arco, mismo que se elabora con palo de sol y rama Iglesia,
además se ponen tamales "piques" de frijol, de carne deshebrada de
pollo, de pemuches -que en la zona centro se le llaman gasparitos o espaditas-
con puerco y ajonjoli, pan de muerto típico, chocolate, atoles, café y
elementos comunes de la tradición.
El
día de muertos es un símbolo de identidad mexicana, una tradición que nos hace
recordar a nuestros fieles difuntos, a quienes estuvieron en algún momento
compartiendo su vida con nosotros en la tierra, una celebración que une el
mundo prehispánico con el mundo actual, un encuentro de dos mundos.
Los elementos
que conformen el altar del día de muertos huelen a México, huelen a identidad,
es un paso transitorio a una nueva vida, un momento para recordar, la etapa
donde los vivos convivimos con quienes han partido al más allá; una tradición
para compartir, llena de tradición, colores, costumbres, sentimientos y amor a
la vida eterna.
Vivamos
nuestras costumbres y tradiciones, que el recuerdo nos lleve al mundo del
Mictlán pasando por los siete pisos del altar ¡AHORA es el CAMBIO!
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