BOSQUE
JOVEN
Por: Arlette Vera
Beltrán
Día
de Muertos Orgánico
“Después
de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”
Mario Benedetti
El mes de noviembre está cada vez más
cerca y con él está a punto de llegar la celebración del Día de Muertos, una
hermosa tradición mexicana de raíces prehispánicas, dedicada a honrar a quienes
han fallecido, a través de altares y ofrendas que incluyen los platillos que
preferían en vida. Me encantan los días de octubre y noviembre, después de las
lluvias. Recuerdo esta época cada
año porque es mi favorita: el clima es maravilloso, el campo empieza a cambiar
de color y el aire es limpio y nos permite ver claramente los volcanes.
El clima en
Coatepec es perfecto, con días soleados y noches frescas. El cielo se ve
profundamente azul y por la noche las estrellas brillan. A mí me da una impresión de limpieza y
siento mucha energía, sobre todo ver el sol elevarse atrás de los volcanes es
un regalo diario. ¡Qué belleza!
Estos días marcan
un momento de celebración, una pausa en nuestras vidas tan apuradas, una
reflexión sobre la muerte y, sobre todo, el recuerdo de los seres queridos que
ya no están con nosotros. En
muchas casas hay altares adornados con flores, velas, incienso, papel picado,
calaveras de azúcar, platillos y bebidas que se “ofrecen” al difunto, todo en
celebración de esta tradición prehispánica.
El uso de papel
picado es sin duda una de las principales fuentes de residuos a lo largo del
Día de Muertos, por lo que es muy importante que cuando se utilice como parte
de la decoración nos aseguremos de que éste pueda ser reciclado posteriormente
separándolo del resto de la basura. Aunque para quienes cuentan con un poco más
de habilidad, también existe la opción de fabricarlo con material reciclado,
como viejas envolturas de regalo o papel restante de trabajos escolares.
Las veladoras
artesanales fabricadas con cera de soya o de abeja pueden ser excelentes
alternativas para evitar las parafinas elaboradas con petróleo, además de lucir
bien son mucho más amigables con el medio ambiente. Y ya entrados en la
decoración no olvides guardar la mayor cantidad posible de adornos, ya que esto
te permitirá ahorrar el próximo año y reducirá considerablemente la cantidad de
desechos al final de la celebración.
Un ícono del Día
de Muertos son las flores de cempasúchil, cuyo tallo puede medir hasta un metro
de altura, mientras que sus cautivadores botones de un color amarillo intenso,
pueden alcanzar hasta cinco centímetros de diámetro, convirtiéndola en una
protagonista más que digna para esta celebración a la que se destina
aproximadamente el 90% de su producción anual.
Adquirir plantas
en maceta en los mercados locales te permitirá conservarlas con vida una vez
finalizada la celebración, aunque si lo prefieres también puedes comprarlas
orgánicas para asegurarte de que fueron cultivadas sin pesticidas. A propósito
¿sabías que a esta planta se le atribuyen grandes cualidades contra el dolor
estomacal?
El día de Muertos es una celebración de la naturaleza. México es un país tan lindo y
extraordinario, que cuidarlo es nuestro deber. Los altares brillan por su naturaleza
y finalmente, al terminar la celebración, todo se puede reciclar o pasar a la
composta. El Día de Muertos no sólo es una celebración de la muerte sino
también de la vida. Entonces
cuídate, no comas demasiada azúcar, no tires basura y protege al medio
ambiente. Busca la cuenta de Bosque Joven en Facebook o por correo electrónico al
espresso_bosquejoven@hotmail.com y envía una foto de tu altar
de muertos. ¡Conservemos nuestras
tradiciones!
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