lunes, 30 de octubre de 2017

EDITORIAL

El destino de Coatepec, se ha definido para los próximos cuatro años a partir del 1 de enero de 2018. Con la ratificación del Tribunal Electoral Federal del triunfo, de Enrique Fernández Peredo, en la elección a Presidente municipal y con la sesión extraordinaria del OPLE del pasado 26 de octubre, donde se definieron las regidurías; se ha oficializado la integración del cabildo que gobernará los próximos cuatro años este depauperado municipio.


Técnicamente con esto, y con la entrega de las constancias respectivas, culmina el proceso electoral municipal, el cual fue diferente por tantas modificaciones a la ley, porque se rompieron esquemas tradicionales de participación partidista y porque el ciudadano mostró su hartazgo y opinión sobre sus gobernantes. También porque por primera ocasión participó la figura de “candidato independiente”. Por fin concluye el proceso dejando sorpresas de última hora.

La integración del cabildo dará mucho de qué hablar. Para algunos es una muestra de pluralidad, de equidad democrática y de paridad de género. Para otros, un abuso de los tribunales electorales, donde pasan por alto la preferencia del ciudadano mostrada en las urnas. Para algunos un avance en la representación popular donde se abrieron canales de participación y acceso para ciudadanos que sin ser políticos, tiene la oportunidad de servir y trabajar en beneficio de la sociedad coatepecana. Para otros, es abrir la puerta a la inexperiencia y a la improvisación que tanto daño ha hecho a la administración pública, pues llega gente carente de experiencia y de perfil profesional.  Cada quien tendrá su punto de vista.

Finalmente está definido el cuerpo edilicio que tendrá en sus manos la oportunidad de sacar acuerdos que beneficien realmente a la sociedad. Dejar de lado los intereses partidistas para asumir una responsabilidad social que saque a Coatepec del bache donde lo han metido aquellos que anteponen sus intereses personales o de grupo privilegiando el beneficio económico. Deberán esmerarse por responder la exigencia social, la cual en la actual administración no tiene eco. Si no cuentan con el conocimiento de la función pública, tienen la obligación de asesorarse y capacitarse para responder a las necesidades de una administración eficiente.

A esta cuestionada administración solo le restan 64 días de aciaga función. Habrán de  responder por sus errores, omisiones y ambiciones. El ciudadano espera que la que viene, cumpla las expectativas que ha generado con los compromisos de campaña y con las señales que está enviando de querer hacer bien las cosas.


La participación ciudadana propositiva y activa, será elemento necesario y  complementario para un gobierno honesto y eficiente. Es inevitable la armonización de acciones para el sano funcionamiento, para la transparencia y para asegurar los objetivos que realmente encaminen al progreso. Consumatum est.

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