lunes, 19 de febrero de 2018

POESÍA

LXXII del Libro de los Gorriones 


Te vi un punto y flotando ante mis ojos 

la imagen de tus ojos se quedó, 
como la mancha oscura orlada en fuego 
que flota y ciega si se mira al sol. 

A dondequiera que la vista clavo 
torno a ver sus pupilas llamear; 
mas no te encuentro a ti, que es tu mirada, 
unos ojos, los tuyos, nada más. 

De mi alcoba en el ángulo los miro 
desasidos fantásticos lucir: 
cuando duermo los siento que se ciernen 
de par en par abiertos sobre mí. 

Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche 
llevan al caminante a perecer: 
yo me siento arrastrado por tus ojos, 
pero adónde me arrastran, no lo sé. 


Gustavo Adolfo Becker
Poeta español nacido en Sevilla

el 17 de febrero de 1836

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