LXXII del Libro de los Gorriones 
Te vi un punto y flotando ante mis ojos 
la imagen de tus ojos se quedó, 
como la mancha oscura orlada en fuego 
que flota y ciega si se mira al sol. 
A dondequiera que la vista clavo 
torno a ver sus pupilas llamear; 
mas no te encuentro a ti, que es tu mirada, 
unos ojos, los tuyos, nada más. 
De mi alcoba en el ángulo los miro 
desasidos fantásticos lucir: 
cuando duermo los siento que se ciernen 
de par en par abiertos sobre mí. 
Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche 
llevan al caminante a perecer: 
yo me siento arrastrado por tus ojos, 
pero adónde me arrastran, no lo sé. 
Gustavo Adolfo Becker
Poeta español nacido en Sevilla
el 17 de febrero de 1836
No hay comentarios.:
Publicar un comentario