lunes, 22 de octubre de 2018

La piedra de Rosetta

CON-CIENCIA   Por: Sergio Jimarez

El lenguaje y la escritura es la forma en que la historia se conoce, el medio por excelencia para transmitir información y que perdure al paso de los años; los idiomas en un mundo tan grande es variado, pasando por diferencias en regiones cercanas que comparten un mismo idioma hasta los pueblos lejanos que mantienen dialectos con formas verbales y gráficas tan distintas, ¿Cómo es posible que a pesar de todo esto existan conceptos universales que podemos descifrar sin importar quién lo diga o cómo lo diga? Por ejemplo, una sonrisa, un beso o los sentimientos que transmite una melodía. 


Actualmente, las fronteras de los países en ciertos casos se han abierto y dejan paso libre a su cultura, también los países pequeños van adoptando las características de los más grandes siendo esto un proceso de globalización donde los medios de información y las necesidades de progreso van estructurando una universalidad de lenguaje como lo es el conocimiento del idioma inglés debido a la importancia de Estados Unidos a nivel mundial o el chino que es el idioma que más personas hablan por ser China el país en el que más personas habitan, además de tener una gran presencia comercial mundialmente. 

Así, los humanos buscamos acercarnos a otras personas conociendo más de ellos pero iniciando por entender su idioma, buscando traducir o trasladar conceptos de una expresión a otra.

La Piedra Rosetta es una piedra de color oscuro, que fue encontrada en 1799 cerca de Rashid (Egipto) durante la ocupación francesa y que daría la clave a los científicos para interpretar la escritura jeroglífica egipcia. 

Esta piedra está dividida en tres franjas horizontales, en cada franja, está grabado el mismo texto de diferentes formas. Así, en la parte superior el texto estaba escrito en jeroglífico, en la intermedia en egipcio demótico y en la inferior en griego. 
Esta característica, fue la que hizo posible al científico inglés Thomas Young (1773-1829) ir relacionando símbolos y signos de los textos grabados en la piedra y crear una correspondencia entre ellos, labor que culminaría el famoso egiptólogo francés Jean-François Champollion (1790-1832), posibilitando al mundo conocer la historia del antiguo Egipto. 

La piedra se encontró en Rosetta, cerca de Rashid, por el oficial francés Bouchard Pierre, perteneciente al cuerpo de ingenieros que formaba parte de la Campaña de Napoleón Bonaparte contra los británicos en Egipto. Este oficial realizaba un trabajo de rutina y al observar un muro que estaban demoliendo, le llamó la atención una piedra negra con inscripciones en tres diferentes escrituras, avisando de inmediato a su jefe quien ordena mandarla de inmediato a Alejandría. 

Es una piedra de granito oscuro o basalto negro, es probable que formaba parte de una estela (piedra vertical con inscripciones que se usaba como monumento conmemorativo). Sus medidas aproximadas son 114 cm. de alto, 72 cm. de ancho y 28 cm. de grosor. 

El texto que figura en esta piedra, era el Decreto de Memfis del 27 de Marzo de 196 a.C., realizado bajo el reinado de Ptolomeo V Epífanes, una compleja fórmula de agradecimiento al soberano que dice: 

“Bajo el reinado del joven que recibió la soberanía de su padre, Señor de las Insignias reales, cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipcio, piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la Fiesta de los Treinta Años, igual a Hefaistos el Grande, un rey como el Sol, Gran rey sobre el Alto y el Bajo país, descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación, a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo. Viviendo por siempre, amado de Ptah.

En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, de los dioses Adelfas, y de los dioses Euergetes, y de los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Euergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos” 

En la actualidad, la Piedra Rosetta se encuentra en el Museo Británico de Londres para su exhibición. 

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