La imprenta de Gutenberg

CON-CIENCIA  -  Por: Sergio Jimarez

La historia de la humanidad está determinada por el uso de la escritura, es el punto de conocimiento inicial que permite revivir la evidencia de todo lo que la sociedad ha experimentado. Todo lo ocurrido antes de la escritura es conocido como prehistoria y el saber que tenemos de esta etapa de la humanidad (y de la tierra) es abstraído mediante evidencias indirectas que varias disciplinas se han dado a la tarea de estudiar como la paleontología y la antropología. 

Tenemos muy claro qué significa la escritura y el papel que desempeña en nuestra vida cotidiana, estamos rodeados de información que se presenta en muchos formatos y en varios canales de comunicación, pero la escritura es un concepto muy complejo que la humanidad ha desarrollado, transformado y adecuado a su cultura. La escritura también ha sido determinada por el idioma y el contexto social de la época en que se desarrolla. La vida de la escritura se puede decir que inicia con el uso de tablas de arcilla, pasando por el papel y terminando en el monitor de una computadora de nuestra época.

Un siglo antes de que tuviera lugar la revolución científica y dos siglos antes de la Ilustración, el invento de la imprenta de tipos móviles en occidente, fue un gran hito en la historia mundial. Este sistema era el perfeccionamiento de la imprenta china, desarrollada varios siglos antes. Gracias a su creación Johannes Gutenberg, textos que antes estaban dirigidos a un grupo selecto de personas pudieron ser difundidos de forma masiva y alcanzar los confines del mundo. 

La imprenta posibilitó preservar el legado de decenas de generaciones y se convirtió en un gran medio para poder registrarlos progresos intelectuales. Junto con ella se pudo dar forma plena a un libro, el objeto identificado con la divulgación y la construcción de la cultura. 

Gutenberg era hijo de un burgués de Mainz, Alemania. Él aprendió a manejar el metal desde muy joven. Durante la década de 1430 se asoció con tres amigos y empezó a trabajar en un proyecto secreto: la imprenta de tipos móviles que le tomó casi 20 años perfeccionar. Lleno de problemas legales por la sociedad en que había establecido, perfeccionó su invento que, para 1450, ya producía impresiones de bastante buena calidad. Usaba medios simples y muy distintos a los empleados en las técnicas de impresión chinas o coreanas. Gutenberg empezó imprimiendo hojas sueltas hasta llegar a la impresión de la Biblia en el año 1455. La obra tenía tres volúmenes, presentada en latín, fue diagramada en columnas con 42 líneas de texto y en su producción trabajaron seis tipógrafos, los primeros que se dieron el lujo de realizar este oficio en la historia. 

Más allá de su gran proeza tecnológica, la invención de la imprenta marcó una transformación de la humanidad no solo por los conocimientos de ciencias, humanidades y religión que permitió difundir. 

El libro, herramienta de conocimiento por excelencia pudo llegar a nuestras manos gracias al trabajo de Gutenberg, tal vez, la imprenta y el libro como tal era un descubrimiento que tarde o temprano llegaría como un regalo a la humanidad que hoy puede penetrar a mundos de fantasía y a lo más profundo del saber. 

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