lunes, 9 de diciembre de 2019

DESDE EL AULA PROF. JULIO HERNANDEZ RAMIREZ



Anuncio que se aplaude.-


Hace algunos años, siendo integrante de la sexagésima primera Legislatura del Congreso del Estado, fui invitado a una jornada de salud orientada a personas con discapacidad en el municipio de Tlaltetela, que en aquel tiempo formaba parte del distrito electoral local con cabecera en la ciudad de Coatepec. El motivo expuesto era porque se trataba de un municipio que presentaba un número importante de personas con discapacidad y muchos casos de ataxia.

Un padre de familia emitió un mensaje que caló hondo en el ánimo de los presentes al sostener que el tener un hijo con discapacidad no representaba ninguna desgracia, que por el contrario lo consideraba una bendición por que mantenía unida a la familia y despertaba fuertes sentimientos de empatía.

El mensaje sin duda era emotivo y alentador, sin embargo, seguramente para la persona y la familia que vive en ese cuadro, la vida debe ser complicada por partida doble. Conozco en el ámbito de la familia y de las amistades a seres que enfrentan la condición adversa de algún menoscabo en sus capacidades y siempre me llena de admiración la forma en que enfrentan esta situación, con una entereza y valentía que raya en lo extraordinario. Con frecuencia, los desafíos que asumen constituyen verdaderos actos de heroísmo.

Sobre estas consideraciones, el anuncio hecho por el Presidente de la República, en el sentido de que se apoyará a las personas con discapacidad mediante el otorgamiento de una pensión, resulta plausible; tiene razón el Presidente cuando reconoce y afirma que se carece de instalaciones equipadas para atender adecuadamente a este sector de la población tan sensible y vulnerable, y qué bueno que deja expuesta la posibilidad de utilizar los centros Teletón, reconociendo que representan una opción viable para los tratamientos y terapias de rehabilitación.

El comentario marginal es obligado. Ironías de la vida. ¿Quién lo iba a decir? No es un invento de nadie, existe la memoria digital para recordarnos que precisamente quien más denostó y descalifico el Teletón, incluso haciendo llamados a la población para que no apoyara, fue el hoy Presidente cuando era exponente de la oposición, pero bueno, es de sabios rectificar y el caso resulta alentador, pues demuestra que sí hay capacidad de reconocer y corregir y al final del día, lo que realmente importa, es el apoyo que se pueda brindar a la población vulnerable.



Póngale nombre.-

Llega a mi memoria la reflexión que un día me compartió, enfática, una amiga, afirmando que hay una etapa en la vida que, cuando menos, el hombre debe conservar la dignidad; aseveración que tenía el propósito de resaltar la importancia de envejecer dignamente. Aderezaba su posición invocando a la sabiduría popular que reza que todo tiene su tiempo y de que hay tiempo para todo. Sobra decir que la conversación tenía como referente la actividad apasionante de la política.

Abundaba exponiendo ejemplos de personajes que accedieron a puestos de elección popular a través de determinado partido político. Cuando así fue, para ellos todo estaba bien. Es el caso, que incluso recibieron otras oportunidades de ser postulados como candidatos y la ciudadanía ya no les refrendó su apoyo. Por algo sería. A pesar de ello, hoy, amagan, recurren al chantaje y coquetean con otras expresiones, pretendiendo hacer creer que su ausencia provocaría el derrumbe de la institución. Parecen olvidar que todo tiene su momento y que hay tiempos de lanzar cohetes, pero también los hay de recoger las varillas. La arrogancia y la soberbia obnubilan al grado de atrofiar la capacidad de reconocer y visualizar que el destino alcanza.


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