martes, 16 de junio de 2020

En tránsito... Por: Jesús Ricaño Herrera

Queridos lectores, la gran mayoría de personas con las que platicamos sobre los temas de la salud nos recomiendan hacer algún tipo de ejercicio para activar al cuerpo y mantenerlo fuerte, del mismo modo recomiendan una alimentación sana, baja en grasas, sales y otros minerales dañinos para el organismo, beber agua en cantidades adecuadas y otro tipo de cuestiones saludables.


¿Alguna vez le han recomendado dormir bien?


Hoy le recomiendo que duerma bien, el sueño es un mecanismo necesario para renovar la energía del cuerpo y mantener sana la mente, varios estudios científicos afirman que la cantidad de sueño saludable va de 6 a 8 horas diarias por la noche y sin interrupciones, de acuerdo a la edad de la persona.


Por otra parte, la calidad del sueño dependerá de la profundidad que en el descanso alcance la persona, no vaya usted a creer que una siesta de 5 horas por la tarde será reparadora, tampoco acostarse a las 22 horas de la noche para levantarse a las 12 horas del día siguiente acumulando 14 horas de sueño, sirve.



¿Qué pasa sino dormimos bien?


No contar con un buen descanso hace estragos en la salud, algunos expertos asocian el mal dormir con problemas cardíacos, obesidad, hipertensión y problemas cerebro vasculares. En el siguiente cuadro veremos como afecta a la mente de las personas, recuerde que al final nuestro interés es ver como nos afecta la mala calidad del sueño a los que tenemos que usar la vía pública.


Para comenzar, seremos presa fácil de la ira, cualquier situación por simple que sea logrará ponernos agresivos, el mal humor es el crisol donde  se preparan los desencuentros. Seremos bastante intolerantes.


Luego, nuestra atención en el medio vial, uno de los más peligrosos, estará comprometida, seremos lentos, estaremos en una especie de conducta en cámara lenta, habrá momentos en el que estaremos en un punto sin estar seguros de qué hacemos ahí o sin saber a qué hemos ido, olvidando qué tareas íbamos a realizar.


Ante alguna eventualidad nuestras reacciones serán lentas, estaremos aletargados, ese marasmo malvado va a poseernos, aunque la información esté fluyendo en la calle no seremos capaces de atenderla toda, es decir, parcialmente veremos los obstáculos que se nos presentarán, actuaremos fuera de tiempo o sencillamente no haremos nada para evitar la posible colisión. Bajo esas condiciones tomaremos decisiones sin haberlas pensado bien.


Con el agotamiento apoderándose de nuestro cerebro y cuerpo, las reglas nos parecerán obstáculos que debemos sortear, como hace un corredor olímpico de vallas. Es tan delicioso dormir, tómese en serio el descanso.


No se distraiga, le agradezco el favor de su tiempo al leernos, tenga buen día y buen trayecto.


 Comentarios a: jojerihmx@gmail.com


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