Vandalismo y un gobierno permisivo.-
Bueno, pero ¿cuál es la razón de que se le haya dado al nombre de esa tribu, la connotación de violencia desmedida? La razón tiene bases históricas, como atestiguan Tácito y Plinio, los vándalos tenían como ‘política’ amedrentar a sus adversarios, infundir pavor, así es como se apoderaban de territorios y mantenían sus fronteras. Además, ejercían la piratería despiadadamente y realizaron ataques desalmados a islas vulnerables. Así, ratificaban el temor que inspiraban (y que querían inspirar). Era esta su forma de relacionarse con sus vecinos.
El miedo que inspiraban y su comportamiento hostil, harto destructivo, derivaron en la conversión del gentilicio en un vocablo ampliamente conjugable, que vino a significar: violencia injustificada con el propósito de amedrentar y causar daños. (Y, por ende, provocar a la autoridad).
Ha sido común que en muchas de las marchas, sin importar el motivo de la protesta o causa de conmemoración, aparezcan grupos que gustan de pintarrajear monumentos, romper cristales, saquear tiendas de conveniencia, romper, romper, quemar, quemar, ensuciar, ensuciar. En mis tiempos eran los anarcos y algunos maoístas.
Estos grupos radicales tienen diversos orígenes, según los motivos de las marchas y los años en que ocurran. Pero se caracterizan por desvirtuar el orden y las causas que la marcha persigue. Ahora, parece que los morenistas piensan que no combatir el vandalismo es un acto de ‘no caer en la provocación’ y tras los sucesos de la marcha feminista que pintarrajeo el Ángel de la Independencia, ahora los gurús de la liga 23 de septiembre, aconsejan tener vándalos asalariados. Y culpar a la entelequia PRIPANPRDMC y a los neoliberales de ser los promotores del vandalismo. Son grupos de choque utilizados por el gobierno y sus aliados, para descalificar el esfuerzo cívico.
Al cabo, los noticiarios hablan del vandalismo y cómo el gobierno de la CDMX les auspicio y protegió, pese a lo ‘subido’ del vandalismo de la última marcha, protestando contra la brutalidad policiaca, se le cambió la narrativa a la opinión pública (léase rebaño).
El pueblo ya olvidó el motivo de la marcha, ha quedado impresa en la mente del ciudadano, cómo grupos de jóvenes, armados con barretas, tubos y bates, rompen mobiliario urbano, atacan comercios en pequeño, y arrojan un coctel Molotov a un policía. Eso es lo que el gobierno logró con la tolerancia y cuidados a sus vándalos, descalificar la marcha.
Distractores. Para que usted, amigo lector, concluya que las marchas son focos de violencia y no sirven para nada. El poder nos quiere balando en el rebaño.
Nota: El hecho de que las autoridades de la CDMX y de la Alcaldía Cuauhtémoc, no hubieran detenido a los vándalos, evidencia su conveniencia (complicidad).
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