martes, 16 de junio de 2020

Espresso Cortado Por: Gilberto Medina Casillas

Vandalismo y un gobierno permisivo.-



Les voy a recordar brevemente quiénes eran los Vándalos. Situémonos en el año 200 E. C. (Era Corriente, es decir Después de Cristo), cuando se desmembraba el imperio romano y los grupos llamados bárbaros, asolaban con violencia las márgenes del imperio. Godos, Hunos, Vándalos y otras tribus, presionaron al imperio romano hasta su caída. Los vándalos en particular, se apoderaron del norte de África dominándolo desde Cartago.


Bueno, pero ¿cuál es la razón de que se le haya dado al nombre de esa tribu, la connotación de violencia desmedida? La razón tiene bases históricas, como atestiguan Tácito y Plinio, los vándalos tenían como ‘política’ amedrentar a sus adversarios, infundir pavor, así es como se apoderaban de territorios y mantenían sus fronteras. Además, ejercían la piratería despiadadamente y realizaron ataques desalmados a islas vulnerables. Así, ratificaban el temor que inspiraban (y que querían inspirar). Era esta su forma de relacionarse con sus vecinos. 


El miedo que inspiraban y su comportamiento hostil, harto destructivo, derivaron en la conversión del gentilicio en un vocablo ampliamente conjugable, que vino a significar: violencia injustificada con el propósito de amedrentar y causar daños. (Y, por ende, provocar a la autoridad).


Ha sido común que en muchas de las marchas, sin importar el motivo de la protesta o causa de conmemoración, aparezcan grupos que gustan de pintarrajear monumentos, romper cristales, saquear tiendas de conveniencia, romper, romper, quemar, quemar, ensuciar, ensuciar. En mis tiempos eran los anarcos y algunos maoístas.


Estos grupos radicales tienen diversos orígenes, según los motivos de las marchas y los años en que ocurran. Pero se caracterizan por desvirtuar el orden y las causas que la marcha persigue. Ahora, parece que los morenistas piensan que no combatir el vandalismo es un acto de ‘no caer en la provocación’ y tras los sucesos de la marcha feminista que pintarrajeo el Ángel de la Independencia, ahora los gurús de la liga 23 de septiembre, aconsejan tener vándalos asalariados. Y culpar a la entelequia PRIPANPRDMC y a los neoliberales de ser los promotores del vandalismo. Son grupos de choque utilizados por el gobierno y sus aliados, para descalificar el esfuerzo cívico. 


Al cabo, los noticiarios hablan del vandalismo y cómo el gobierno de la CDMX les auspicio y protegió, pese a lo ‘subido’ del vandalismo de la última marcha, protestando contra la brutalidad policiaca, se le cambió la narrativa a la opinión pública (léase rebaño).


El pueblo ya olvidó el motivo de la marcha, ha quedado impresa en la mente del ciudadano, cómo grupos de jóvenes, armados con barretas, tubos y bates, rompen mobiliario urbano, atacan comercios en pequeño, y arrojan un coctel Molotov a un policía. Eso es lo que el gobierno logró con la tolerancia y cuidados a sus vándalos, descalificar la marcha.


Distractores. Para que usted, amigo lector, concluya que las marchas son focos de violencia y no sirven para nada. El poder nos quiere balando en el rebaño.


Nota: El hecho de que las autoridades de la CDMX y de la Alcaldía Cuauhtémoc, no hubieran detenido a los vándalos, evidencia su conveniencia (complicidad).


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