El martes 4 de mayo iniciará el periodo de campañas para las fórmulas que aspiran a integrar la siguiente administración municipal. Los tiempos electorales son de efervescencia política y de pasiones, contrario a lo que debería ser, una fiesta cívico-social donde las propuestas y el antecedente de los candidatos fueran el camino para elegir a la mejor opción.
Desafortunadamente, en Teocelo, el derroche se ha dejado ver por parte de diferentes Partidos Políticos, o acaso sus candidatos, que han entregado despensas, dinero, láminas, verduras, pegado calcomanías en los vehículos, “fumigación” contra el COVID-19 intentando atraer el voto de los ciudadanos, sin respetar los tiempos legales y probablemente tampoco han reportado esos gastos lo cual también estaría en contra de la ley.
Por ejemplo, un ejemplo inocente, un vehículo para perifoneo requiere el pago del vehículo, el pago de combustible, el pago de la persona que lo maneja, el pago por renta o compra del equipo de sonido y el pago por la producción del mensaje.
Todos los gastos de campaña deben estar reportados y auditados. Por lo tanto, ver el exceso de publicidad y de “apoyos” entregados denota que para esa campaña estaría fluyendo dinero de forma ilegal. Al estar los ciudadanos informados, esta vieja forma de “hacer política” puede salir contraproducente para quienes apuestan endeudarse en campaña para reponerlo en el poder.
Prometer lo que no se tiene es una postura falsa y común en campaña, pues hay candidatos que ofrecen puestos de la administración pública que no tienen, a personas que no son aptos para ello, y peor aún, hay ciudadanos que lo creen.
Otro tipo de farsa común es prometer todo lo que se les ocurra o lo que la población le haga saber: “el puente con el río incluido”. Sin embargo, serán pocos o ninguno de los candidatos que puedan ofrecer trabajo ya realizado para Teocelo que no esté ligado a un cargo que hayan ocupado o realizado en tiempos electorales.
En peor posición se encuentran quienes ya estuvieron en el poder, de uno u otro modo, y no hicieron mejoras para la población o la administración municipal, todo lo contrario, nepotismo (contratar familiares en los puestos) o peculado (utilización de recursos públicos para lo que no es, como la policía como escolta, choferes y parque vehicular para uso personal, etc.) podrían ser el sello de su trabajo.
Lo que está generalizado entre la población es el hartazgo por el derroche de recursos, obras de mala calidad, promesas incumplidas y omisiones de deberes legales de las diferentes administraciones y de los actores políticos del municipio.
Los ciudadanos deben estar seguros de que su voto es libre y secreto; y tiene la capacidad de cambiar el rumbo del municipio con su decisión. Las bardas no votan, las calcomanías y playeras tampoco, los acompañantes de los candidatos sólo votan una vez y a veces ni eso porque son personas pagadas de fuera.
Se dice que la política es el arte de la simulación y el ciudadano sólo pierde si se deja llevar por el espectáculo que algunos candidatos levantan, como cortina de humo, para disfrazar lo que no quieren que salga a la luz y al mismo tiempo hacer ver sólo lo que ellos quieren. Es por ello que los ciudadanos deberán escuchar las propuestas y el “cómo” se piensan llevar a cabo, porque como dice el refrán: “Del dicho al hecho, hay un gran trecho.”
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