JAROCHADAS
PERO ESTA NOCHE, LA PASO CONTIGO
Con
cuarenta y dos años de edad el romántico compositor y arreglista musical George
Webber (Dudley Moore), se siente aburrido por la agobiada vida que lleva al
lado de su novia Samantha Taylor (Julie Andrews) y más que nada, sabe que necesita
renovarse porque no quiere que la vejez lo sorprenda.
Para
la buena suerte de este pequeñín, una circunstancia inesperada le ayuda a
encontrar el cambio. Al circular en su Rolls-Royce Corniche, en el alto de un
semáforo, cruza mirada con una guapetona
joven vestida de novia, que va urgida al encuentro de su amado, que
pacientemente la espera en la puerta de la iglesia rodeado de sus amigos y
familiares, encabezando el cura esta alegre comitiva.
Webber
sabe que tiene que averiguar dónde esta chica pasará la luna de miel, cosa que
por su audacia no tuvo problema y pronto arribó a las hermosas playas de
Manzanillo Colima, porfiando en el casual encuentro. En ningún momento la
“suerte” lo abandona, y aprovecha la terrible insolación, que por nadar
encuera’o, el insensato novio, sufre por los rayos ultravioletas, que no lo
perdonan y lo mandan al hospital, dejando a su Jenny Hanley (Bo Dereck), inerme
ante las anhelantes garras del alborozado George Webber.
La provocación de la coincidencia hace que se
junten en la barra de la alberca del flamante hotel y la seducción no se hace
esperar. Un romántico trío musical le interpreta al par de recientes amigos
varias canciones y al escuchar el fogoso bolero “mañana me iré, amor mío”, la
Jenny, le traduce al Webber el completo de la frase: “pero esta noche, PERO
ESTA NOCHE, LA PASO CONTIGO” (jujujuy, ¡no totol!). Ya en la intimidad y
después de echarse un cigarrillo de esos “sin marca”, la ardiente y alborotada
novia, ya nada la detiene y con cierta alevosía y ventaja, se dispone a
escuchar los monótonos compases del Bolero de Ravel, refocilándose en los
brazos de aquél cuarentón, suscitando los rechinidos de los discretos resortes
del colchón.
La película “10, LA MUJER
PERFECTA”, encierra esta bello rollo, que hace treinta y tantos años, cuando
salíamos emocionados del cine, no se habló más que de las rastas de la Bo y de
la pijama guanga del Dudley, al andar de visionudo saltando en la ardiente
arena de la playa.
Amigos recordamos a Dudley Moore
a quince años de su muerte; sus películas, están vigentes en nuestros recuerdos
de juventud y así evocamos una de sus frases: “Todos los que beben no son
poetas... algunos bebemos porque no somos poetas”. Cuánta razón de este
carismático inglés.
¡Ánimo ingao…
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.
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