DESDE
LA FINCA
Margaritas, lluvia y café.- Aprovechando
el aguacero que cayó toda la madrugada y que continuó gran parte del día, los
campesinos no pudieron salir al jornal, no salieron del jacal. Es normal en
junio que caigan fuertes lluvias que son previas a la canícula. El viejo
cortador curtido por el tiempo y el trabajo, se quedó echando café al pie del
bracero. La María siempre tiene de olla al pie del fogón, para que se mantenga
caliente.
Luego de almorzar los frijoles de olla con tortillas esponjadas y
salsa de molcajete, se quedó platicando con la compañera de toda la vida.
Cabizbajo y meditabundo le comentaba que lo invitaron a una reunión relacionada
con la cafeticultura. Fue en el museo del café, un museo que yo ni sabía que
existía pero que es muy visitado por turistas. Resulta que vino una señora
altotota, que dice que quiere ser candidata a presidenta de la república.
Imagínate María, una mujer de presidenta, pues solo que no hubiera hombres. Se
llama Margarita, yo pensé que era la que jugó pa’ presidenta pero de Coatepec. Pero
bueno, muy sencilla y amable, pero de café sabe lo que yo de ciencias. Dijo que
venía a escuchar y sí lo hizo. Los compas que venían de Huatusco y de Misantla
le dijeron que el café tiene muchos problemas. Que meten de contrabando café de
baja calidad de Sudamérica que le pega al precio del de aquí. Le explicaron lo
que es la broca y la roya, le hablaron de las variedades y de lo bajo del
precio. Pero lo más importante es que le dijeron que el que menos gana es el
productor, y en consecuencia el jornalero. Imagínate María este jarro de café
en el centro cuesta más de veinte pesos. Es decir el verdadero negocio está en
la tasa. Pues de un kilo salen cien tasas, échale cuentas cuanto le ganan a un
kilo. Pero al que lo produce y lo cuida, apenas les da pa’ sobrevivir. La
señora se fue contenta pues aprendió lo que aquí sabemos desde niños.
Simpática, pero habló una guerra o de dar guerra, no entendí…
Todo es cuestión de cómo la
veas.- Ya encarrilados en la conversación la María que le dice
que fue al centro a comprar el recaudo pero que ya no encontró a sus marchantes
que porque el ayuntamiento del Palacios, que ya se puso las pilas, y que ya no los dejó que
vendieran en la calle y o’ra tuvo que meterse al mercado a comprar más caro. El
viejo curtido le tuvo que explicar que sí, que le vendías más barato pero que
la fregaban en el peso y que esos cabrones son una bola de malandros que se la
pasan chuleando a las damas y echando bronca a quien les reclama que están
invadiendo y que hasta se burlaban de los inspectores de comercio que algunos
hasta los han correteado con el cuchillo, como al Rambo o al Chay. “Pero daban
bien barato”. Pues claro, son empleados de mayoristas de la central de abasto y
te dan la mitad de lo que pagas. Sus líderes estaban coludidos con el gobierno
y los protegían porque cuando los necesitaban siempre estaban listos para
manifestarse. “Pero o’ra se ve re feo porque ya no hay sombrillas de colores
que daban colorido a la calle y ambiente de tianguis de rancho con camionetas,
carretillas y folklore con gritos y con albures”… ¡¡¡Hay María …!!!
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