lunes, 13 de noviembre de 2017

Los valores límite de la naturaleza
Por Sergio Jimarez
En la física, existen límites que separan comportamientos distintos en algunos fenómenos que rigen la naturaleza, y en algunos casos impactan de diferente manera de acuerdo a la magnitud de sus componentes, por ejemplo, cuando sopla el aire, no es lo mismo sentir una pequeña brisa, al impacto de un viento huracanado; entendemos que existen puntos de transformación de la materia que ocurren mediante procesos que no apreciamos directamente, por ejemplo, el agua ebulle a los cien grados centígrados, este punto también marca el límite en el aumento de la temperatura del agua, es decir, por más que agreguemos energía en forma de calor al agua, ésta no aumentará su temperatura, en este punto se convierte en vapor.

Hablando de temperaturas, pero ahora hacia las más bajas ubicamos el límite más bajo: el cero absoluto. A esta temperatura el nivel de energía interna de un sistema es el más bajo posible, por lo que las partículas, según la mecánica clásica, carecen de movimiento dando como resultado que la materia no podría existir. Esta temperatura teórica corresponde aproximadamente a −273,15 °C. El cero absoluto es un límite inalcanzable. La mayor cámara frigorífica actual alcanza los -273.144 °C. La razón de ello es que las moléculas de la cámara, al llegar a esa temperatura, no tienen energía suficiente para hacer que ésta descienda aún más.
En el caso de las velocidades, el límite es la velocidad de la luz. Un observador que persigue un rayo de luz lo mediría al moverse paralelamente él mismo viajando a la misma velocidad como si fuese un observador estacionario. Esto se debe a que la velocidad medida por este observador depende no sólo de la diferencia de distancias recorridas por él y por el rayo, sino también de su tiempo propio que se ralentiza con la velocidad del observador. La ralentización del tiempo o dilatación temporal para el observador es tal, que siempre percibirá a un rayo de luz moviéndose a la misma velocidad. Además de no existir suma de velocidades como sucedería si por ejemplo, fuéramos en un auto a 20 km/h y aventáramos un objeto a 10 km/h, la velocidad con que viajaría el objeto serían 30 km/h pero, en el supuesto que viajáramos en un auto a la velocidad de la luz y arrojáramos el objeto, ésta velocidad resultante no es la suma, sino, la propia velocidad de la luz. Es importante observar que la velocidad de la luz no es un límite de velocidad en el sentido convencional.
En niveles más cercanos a nuestra realidad cotidiana existe un límite que es el de la velocidad mínima para poder escapar de la gravedad terrestre, a esta se le llama “Velocidad de escape”. Se ha calculado que necesita una velocidad de 11.2 km/s. Lo anterior implica una enorme cantidad de energía. La velocidad de escape de la Luna es de 2,38 km/s, la de Marte 5,027 km/s y la del Sol 617,7 km/s. Estas velocidades serían para objetos que no mantienen un impulso constante, los cohetes y aeronaves no usan este concepto directamente.
En la física de las estrellas también existen muchos valores límites, como por ejemplo, la cantidad de masa que tiene una estrella al final de su vida. El límite de Chandrasekhar es la máxima masa posible de una estrella de tipo enana blanca. Si se supera este límite la estrella colapsará para convertirse en un agujero negro o en una estrella de neutrones. Su valor fue calculado en 1930 por el astrofísico indio Subrahmanyan Chandrasekhar a los diecinueve años. Este límite equivale a aproximadamente 1,44 masas solares, y es la masa máxima posible en una enana blanca.
Y en la física de los agujeros negros encontramos el horizonte de sucesos, este se refiere a una frontera espaciotemporal, tal que, los eventos a un lado de ella no pueden afectar a un observador situado al otro lado, por ejemplo, la luz emitida desde dentro del horizonte de eventos jamás podría alcanzar a un observador situado fuera, pero un observador dentro podría observar los sucesos del exterior. En un ejemplo ilustrativo de la deformación del espacio debido a un agujero negro al irnos acercando al borde del horizonte de sucesos nuestro tiempo pasaría normal pero un observador vería que cada vez que nos acercamos a ese punto cada vez más lento, en nuestro tiempo nos tomaría un instante ser absorbidos por un agujero negro pero para el observador externo le tomaría una cantidad infinita de tiempo apreciar el momento en que fuéramos absorbidos.
Existen muchos límites que cambian la perspectiva de nuestras observaciones, otros que cambian la física de los fenómenos y algunos que nos sorprenden por su rareza, pero todavía han de existir muchísimos que no hemos descubierto y que nos guardan impresionantes secretos por revelar.


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