martes, 7 de mayo de 2019

EDITORIAL

El 10 de mayo como Día de la Madre fue introducido en nuestro país durante el siglo pasado por iniciativa del entonces Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos y el periodista Rafael Alducin, fundador del diario Excélsior.

Para la madre, el mexicano guarda un especial halo de romanticismo, lo que ha consolidado un mito en torno a esta figura familiar. De paso, la celebración se convirtió también en un detonante comercial y de consumo. 

Siendo México el país con más embarazos en adolescentes y con una disminución en las tasas de fecundidad, ya que las mujeres están teniendo menos hijos y por otra parte el crecimiento del número de madres solteras; estos fenómenos demuestran la reconfiguración en los procesos de conformación de familias, mismos que han sido dejados de lado en el diseño de políticas para la protección de sus miembros. Por su importancia e impacto en la dinámica poblacional, la maternidad necesita apoyo de instituciones gubernamentales que trasciendan el mito construido alrededor de las madres y reconozca su dignidad como mujeres.

Las madres dedicadas al hogar, aunque no son remuneradas, hacen grandes aportaciones a la dinámica económica nacional, de la misma forma aquellas que, además de ejercer su maternidad, tienen empleos remunerados. Hay que redimensionar el hecho de ser madre hoy en México.

El papel de las madres va más allá de la necesidad de reconocimiento y exige un esfuerzo cultural, social y gubernamental más serio. La unión familiar propia de los mexicanos, en el que la madre juega un rol fundamental, es un valor digno de promoverse y preservarse, pero también es necesario desterrar la misoginia hacia las mujeres. Solo así podremos reconocerles justamente el bien que en realidad hacen al país, es una deuda de todos.

Por todo esto, el día de la madre es muy importante para todos para poder celebrarle o dedicarle siquiera un día a quienes nos dieron la vida, aunque debería ser homenaje permanente. Es la madre, como ningún otro ser, quien tiene la capacidad de mantener unida a la familia, y como se sabe, una familia unida está más cercana a ser feliz y a enfrentar los embates de la adversidad. 

Esté presente o ausente, merecen nuestro reconocimiento, admiración y cariño a todas esas mujeres que el universo las dotó de una capacidad única: tener hijos. Felicidades…

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