Del litio, creatividad y enfermedades del arte
Durante muchos siglos, el arte ha estado presente en las civilizaciones, tanto antiguas como modernas. Conforme han pasado los años, las disciplinas artísticas han tomado el papel de enaltecer la belleza de lo que vemos y escuchamos. Cada etapa cronológica de la sociedad moldea el tipo de arte que se manifiesta, por ejemplo, las guerras civiles, por un lado merman la producción artística pero al mismo tiempo, han sido las causantes de nuevas corrientes o cambios en las expresiones de sus autores; el uso de drogas alucinógenas a mediados del siglo XX, contribuyó a que muchas fuentes artísticas expandieran su creatividad; incluso la carrera musical del grupo “The Beatles” se puede clasificar de acuerdo al tipo de drogas con las que experimentaron.
Existe un pequeño porcentaje de artistas que afectados por alguna enfermedad, lograron canalizar sus síntomas o dolencias en obras; particularmente, las afecciones mentales han dado la dosis de creatividad a muchos exponentes; cabe destacar que en varias investigaciones se ha establece que algunas de las mejores mentes, tanto del arte como de la ciencia, han tenido algún grado de enfermedad mental.
La bipolaridad es una enfermedad muy fuerte que afecta al paciente con episodios de mucha euforia, seguido de etapas de profunda depresión, donde pasar de un estado a otro totalmente opuesto, ocurre en instantes. Los desórdenes mentales de este tipo están relacionados directamente con la química cerebral, ausencia o niveles anormales de ciertas sustancias provocan estos padecimientos.
El litio es un elemento químico descubierto en 1817 por Johann Arfvedson y que en 1923 se empezó a utilizar comercialmente en forma de cloruro de litio para varias aplicaciones como soldadura, pirotecnia y uso veterinario para condicionar comportamientos de algunos animales. Derivado de estas aplicaciones, a partir de 1967, el litio ha sido empleado para tratar enfermedades mentales como la manía, bipolaridad y esquizofrenia ya que sirve como estabilizador de la actividad cerebral anormal. Algunos especialistas mencionan que a partir de esta fecha, los trabajos en la poesía de autores que han sido tratados con litio han reducido su impacto volviéndose menos creativa y trabajada.
Un hecho importante siempre es el progreso de la medicina, si bien puede o no ser compatibles a los fines de creatividad o expresión artística, se lucha cada día para que las enfermedades desaparezcan o se minimicen sus consecuencias.
A su vez, el arte ha sido también la fuente de inspiración a la hora de nombrar ciertas enfermedades de acuerdo a sus síntomas o características como el conocido Síndrome de Münchhausen, un padecimiento en que el paciente inventa enfermedades en él o algún ser cercano para provocar lástima y ser el centro de atención; este nombre viene del Barón de Münchhausen quien era un narrador excéntrico a la hora de contar historias ya que empleaba mucha fantasía. La tricofagia es un padecimiento que provoca que el paciente coma cabello, también es llamado síndrome de Rapunzel en alusión al cuento de la princesa con largo cabello; y el síndrome de Peter Pan, con el que se define a las personas con falta de madurez que pareciera que viven en una eterna niñez tal y como narra el cuento.
Existen varios ejemplos más y aunque no es la mejor manera, es una de tantas muestras donde el arte y la ciencia médica se unen; literatura, pintura y poesía que se encargan de dar el nombre a nuestros padecimientos de “músicos, poetas y locos”.
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