lunes, 11 de noviembre de 2019

Los usuarios de la vía pública Por Jesús Ricaño Herrera



Pedro ha salido de su departamento, baja las escaleras del edificio, cruza los jardines del área común, llega al estacionamiento, aborda su automóvil y se desplaza hasta el trabajo. Pocos minutos más tarde llega a la empresa donde labora, desciende del vehículo, camina apresuradamente por los pasillos, utiliza el elevador y permanece sentado trabajando un buen rato. Su jefe más tarde le pide hacer una visita, sale del edificio, se dirige hacia la avenida, toma un autobús, realiza el encargo, terminando la entrevista regresa a la zona laboral.

En el pequeño relato que se ha tomado el tiempo de leer, le planteo como Pedro va de un tipo de usuario de la vía pública a otro, de hecho, se transforma en los tres tipos de usuarios que puede haber siendo personas brincando de uno a otro.

Le he comentado con anterioridad que existen dos tipos de usuarios de la vía pública, 1. Las personas y 2. Los animales (estos serán llamados semovientes). Las personas como usuarios humanos usan la vía pública de tres maneras distintas:

Como peatones, es decir, valiéndose de su cuerpo y voluntad para hacerse a la calle, siendo por cierto los usuarios más susceptibles de sufrir accidentes, somos los peatones la parte más débil de la vialidad y somos quienes deberíamos cuidarnos más.

Los pasajeros son aquellas personas que viajan en un vehículo sin manipularlo, sólo disfrutamos del paisaje o descansamos cuando somos los viajantes.

Los conductores, son aquellas personas que operan un automotor para ir de un lugar a otro, viajan en una coraza protectora de metal, plástico y cristal en el caso de los automovilistas; en el caso de los ciclistas y motociclistas, son operarios en donde sus cuerpos forman parte del vehículo y su interacción física influye en el movimiento y equilibrio al desplazarse.

Ahora bien, he insistido una vez más en esto para llegar a este punto, esta reflexión que le invito a hacer, los peatones, pasajeros y conductores tenemos derechos y obligaciones, usted lo entiende, pero, ¿Acaso tenemos el derecho de asumir un rol con irresponsabilidad, imprudencia, descuido, distracción para exponernos nosotros y exponer a los demás?

Ya ve usted a diario como muchos jóvenes caminan por la calle con audífonos, como si pasearan por el desierto, en donde no puede pasarles nada, o aquel pasajero que se la vive realizando toda clase de actos para distraer al conductor, y por otra parte los conductores llenan de distractores a sus vehículos, hacen de malos hábitos una forma de conducta cotidiana, renuncian a la seguridad por tratar de ganar un tiempo perdido y que jamás podrán recuperar, evaden las responsabilidades que las reglas imponen, buscan sesgos y piden permiso para hacer lo que no está permitido.

Cada uno de nosotros al poner un pié en la calle debe saber, entender y asumir que tiene una obligación para consigo mismo y los demás, nos debemos ese acuerdo ético y moral.

Le agradezco el favor de su tiempo al leernos, tenga buen día y buen trayecto. Comentarios a: jojerihmx@gmail.com

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