lunes, 24 de julio de 2017


BOSQUE JOVEN

Por: Arlette Vera Beltrán

INSECTOS: PEQUEÑOS PERO IMPORTANTES

Los insectos han colonizado prácticamente todos los ambientes de la Tierra: viven en las selvas, los desiertos, las zonas frías, en ambientes de agua dulce y en convivencia íntima con los seres humanos y muchos otros seres vivos... y muertos. El único hábitat donde la cantidad de especies de insectos es casi nula es el marino, lo que resulta curioso porque los insectos se originaron en el mar y pertenecen al género de los artrópodos.

La mayoría de los insectos están adaptados para efectuar vuelos cortos. Por ejemplo, las abejas, que invierten mucho tiempo para obtener polen, se paran a descansar muchas veces y los grandes coleópteros, como el escarabajo rinoceronte, proporcionalmente muy pesados, sólo pueden realizar vuelos cortos. Pero, por supuesto, hay insectos que realizan vuelos prolongados; existe una especie de langosta migratoria que puede volar miles de kilómetros en busca de alimento. La mariposa monarca recorre 4,000 kilómetros en su travesía desde Canadá a los bosques del centro de México. Tratándose de precisión en el vuelo, habría que mencionar a la libélula, el único insecto que puede mover las alas en forma alternada y no simétricamente como todos los demás. Esto les permite una maniobrabilidad perfecta y la posibilidad de mantenerse suspendidas sin perder el control. Las molestas moscas también tienen sus habilidades: son muy ágiles, sólo ellas pueden volar hacia atrás e incluso panza arriba, como pequeños aviones acrobáticos.
Los insectos son un grupo extraordinariamente diverso. Presentan tamaños, colores, formas y conductas muy distintas. Estamos acostumbrados a que sean bastantes pequeños y la mayoría lo son. Por ejemplo, muchos escarabajos miden menos de un milímetro de longitud, pero en las zonas tropicales pueden alcanzar tamaños sorprendentes. Hay escarabajos que miden 17 centímetros y algunos insectos palo llegan a los 30 centímetros de longitud. Hay insectos que pueden considerarse joyas vivientes por su aspecto deslumbrante y colorido. En Sudamérica vive un escarabajo de gran tamaño cuya superficie es de un color dorado espectacular, por lo que se le considera una mascota exótica y desgraciadamente está en peligro de extinción.
Muchos insectos se ven mucho más peligrosos de lo que son y ésta es una defensa efectiva, pues los depredadores prefieren no enfrentarse con un bicho de aspecto muy amenazante. Cuando la molestan, la mantis religiosa puede adoptar, por ejemplo, una posición que la hace parecer enorme y sumamente agresiva: se yergue, despliega sus brillantes alas y dispone sus patas delanteras como si fueran terribles aguijones, aunque el daño que puede causar a un animal grande es insignificante. A la mayoría de las personas les horrorizan unos ortópteros llamados grillos topo, más conocidos en México como “cara de niño”; que pese a su desagradable aspecto, son absolutamente inofensivos.
La mayoría de los insectos son machos o hembras y se reproducen sexualmente, pero no todos. En algunos casos los machos son escasos o los hay sólo en algunas épocas del año; las hembras pueden entonces reproducirse solas, como es el caso de los áfidos o pulgones, pequeños insectos que viven en las plantas ornamentales y que comúnmente son plaga. En su etapa juvenil los insectos casi siempre tienen un aspecto y una forma de vida muy diferentes a los que tienen de adultos. Para alcanzar la madurez pasan por un proceso profundo llamado metamorfosis.
Hay muchas especies de insectos que producen ruidos. El escarabajo “clic” ganó su nombre por el sonido que produce cuando salta de rama en rama. Los grillos son famosos por el peculiar cri-cri que inunda el campo en las noches. Pero el insecto más ruidoso del mundo es la chicharra macho, cuyo chirrido puede escucharse a casi dos kilómetros de distancia.
Los insectos no sólo se comunican por medio de sonidos: las formas y los colores son muy importantes. No es casual que, por ejemplo, en cada especie de mariposa se hayan desarrollado patrones únicos de colores y de formas. Y otra forma fundamental de comunicación entre los insectos son los olores. Los insectos poseen un sentido del olfato muy desarrollado en las antenas. Por ejemplo, las hembras de muchas especies de mariposas nocturnas dejan rastros de feromonas en la oscuridad que los machos pueden seguir a lo largo de kilómetros gracias a espectaculares antenas que filtran el aire nocturno.
Las termitas, las avispas, las abejas y las hormigas tienen un comportamiento social muy definido. No obstante que llegan a ser millones, tienen tareas perfectamente asignadas. Entre las abejas melíferas sólo la reina es capaz de poner huevos; toda la población desciende de la misma madre y las demás hembras son estériles y se les llama obreras. Unos cuantos machos completan la colonia. Las colonias de hormigas y termitas pueden durar décadas, mientras que las de avispas se reinician cada año.

Hay muchísimos datos sorprendentes acerca de los insectos. Espero que estas líneas piquen como aguijones tu curiosidad sobre estos bellos animales, de los cuales apenas 1% son considerados una plaga y el resto cumple una importantísima función dentro de la naturaleza como es la polinización, en algunos casos, y como base en la cadena alimenticia. Escríbeme al correo electrónico: espresso_bosquejoven@hotmail.com

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