BOSQUE JOVEN
Por: Arlette Vera Beltrán
INSECTOS: PEQUEÑOS PERO IMPORTANTES
Los
insectos han colonizado prácticamente todos los ambientes de la Tierra: viven
en las selvas, los desiertos, las zonas frías, en ambientes de agua dulce y en
convivencia íntima con los seres humanos y muchos otros seres vivos... y
muertos. El único hábitat donde la cantidad de especies de insectos es casi
nula es el marino, lo que resulta curioso porque los insectos se originaron en
el mar y pertenecen al género de los artrópodos.
La
mayoría de los insectos están adaptados para efectuar vuelos cortos. Por
ejemplo, las abejas, que invierten mucho tiempo para obtener polen, se paran a
descansar muchas veces y los grandes coleópteros, como el escarabajo
rinoceronte, proporcionalmente muy pesados, sólo pueden realizar vuelos cortos.
Pero, por supuesto, hay insectos que realizan vuelos prolongados; existe una
especie de langosta migratoria que puede volar miles de kilómetros en busca de
alimento. La mariposa monarca recorre 4,000 kilómetros en su travesía desde
Canadá a los bosques del centro de México. Tratándose de precisión en el vuelo,
habría que mencionar a la libélula, el único insecto que puede mover las alas
en forma alternada y no simétricamente como todos los demás. Esto les permite
una maniobrabilidad perfecta y la posibilidad de mantenerse suspendidas sin
perder el control. Las molestas moscas también tienen sus habilidades: son muy
ágiles, sólo ellas pueden volar hacia atrás e incluso panza arriba, como
pequeños aviones acrobáticos.
Los
insectos son un grupo extraordinariamente diverso. Presentan tamaños, colores,
formas y conductas muy distintas. Estamos acostumbrados a que sean bastantes
pequeños y la mayoría lo son. Por ejemplo, muchos escarabajos miden menos de un
milímetro de longitud, pero en las zonas tropicales pueden alcanzar tamaños
sorprendentes. Hay escarabajos que miden 17 centímetros y algunos insectos palo
llegan a los 30 centímetros de longitud. Hay insectos que pueden considerarse
joyas vivientes por su aspecto deslumbrante y colorido. En Sudamérica vive un
escarabajo de gran tamaño cuya superficie es de un color dorado espectacular,
por lo que se le considera una mascota exótica y desgraciadamente está en
peligro de extinción.
Muchos
insectos se ven mucho más peligrosos de lo que son y ésta es una defensa
efectiva, pues los depredadores prefieren no enfrentarse con un bicho de
aspecto muy amenazante. Cuando la molestan, la mantis religiosa puede adoptar,
por ejemplo, una posición que la hace parecer enorme y sumamente agresiva: se
yergue, despliega sus brillantes alas y dispone sus patas delanteras como si
fueran terribles aguijones, aunque el daño que puede causar a un animal grande
es insignificante. A la mayoría de las personas les horrorizan unos ortópteros
llamados grillos topo, más conocidos en México como “cara de niño”; que pese a
su desagradable aspecto, son absolutamente inofensivos.
La
mayoría de los insectos son machos o hembras y se reproducen sexualmente, pero
no todos. En algunos casos los machos son escasos o los hay sólo en algunas
épocas del año; las hembras pueden entonces reproducirse solas, como es el caso
de los áfidos o pulgones, pequeños insectos que viven en las plantas
ornamentales y que comúnmente son plaga. En su etapa juvenil los insectos casi
siempre tienen un aspecto y una forma de vida muy diferentes a los que tienen de
adultos. Para alcanzar la madurez pasan por un proceso profundo llamado
metamorfosis.
Hay
muchas especies de insectos que producen ruidos. El escarabajo “clic” ganó su
nombre por el sonido que produce cuando salta de rama en rama. Los grillos son
famosos por el peculiar cri-cri que inunda el campo en las noches. Pero el
insecto más ruidoso del mundo es la chicharra macho, cuyo chirrido puede
escucharse a casi dos kilómetros de distancia.
Los
insectos no sólo se comunican por medio de sonidos: las formas y los colores
son muy importantes. No es casual que, por ejemplo, en cada especie de mariposa
se hayan desarrollado patrones únicos de colores y de formas. Y otra forma
fundamental de comunicación entre los insectos son los olores. Los insectos
poseen un sentido del olfato muy desarrollado en las antenas. Por ejemplo, las
hembras de muchas especies de mariposas nocturnas dejan rastros de feromonas en
la oscuridad que los machos pueden seguir a lo largo de kilómetros gracias a
espectaculares antenas que filtran el aire nocturno.
Las
termitas, las avispas, las abejas y las hormigas tienen un comportamiento
social muy definido. No obstante que llegan a ser millones, tienen tareas
perfectamente asignadas. Entre las abejas melíferas sólo la reina es capaz de
poner huevos; toda la población desciende de la misma madre y las demás hembras
son estériles y se les llama obreras. Unos cuantos machos completan la colonia.
Las colonias de hormigas y termitas pueden durar décadas, mientras que las de
avispas se reinician cada año.
Hay
muchísimos datos sorprendentes acerca de los insectos. Espero que estas líneas
piquen como aguijones tu curiosidad sobre estos bellos animales, de los cuales
apenas 1% son considerados una plaga y el resto cumple una importantísima
función dentro de la naturaleza como es la polinización, en algunos casos, y
como base en la cadena alimenticia. Escríbeme al correo electrónico:
espresso_bosquejoven@hotmail.com
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