EDITORIAL
Don
Jesús Reyes Heroles ilustre veracruzano, decía que: “la realidad está ahí,
necia, para quien la quiera ver y que no verla no ayuda a resolver los
problemas”. Esta sentencia contrasta con la práctica, muy socorrida, por
cierto, de exponer ante la sociedad eventos distractores que acaparan la
atención en lo artificial y se pierden de vista los problemas de fondo que
constituyen una realidad que puede ser lastimosa, la cual, conforme al
pensamiento de Reyes Heroles, no por ignorarla deja de existir.
Se
explota el morbo y la frivolidad, la estridencia y el amarillismo. Al pueblo
pan y circo, en la turbulencia, libertad para gobernar sin rendición de
cuentas, ganancia de depredadores.
Esta
es la triste realidad de Veracruz que se desangra, que vive una angustiante
realidad de inseguridad, que todos los días despierta para dar cuenta a la
violencia. Un Veracruz que espera y desespera por las promesas de un cambio que
no se ve que no se siente, que no llega, que no es tal cosa. Un Veracruz que
añora el ímpetu de otra hora que quiere justicia, sí, pero también trabajo.
Todos
queremos que el gobierno tenga éxito en su encomienda. Nadie en su sano juicio
puede apostarle al fracaso. Se necesita recuperar la confianza, que haya más
empatía entre sociedad y trabajo. Urgen ya, ya, ya, resultados concretos que
beneficien a la población, en síntesis, menos circo, menos alarde, cero
distractores y mucha coordinación para no dilapidar lo poco del bono de
confianza que aún se conserva.
Es
tiempo ya de superar la resaca que sigue a la euforia para que, con un
principio de realidad, con mucha emoción y creatividad, tomar la ruta de la
prosperidad. Para ello es absolutamente necesario que las diversas dependencias
de gobierno, salgan del estupor, rompan el espacio, pero sobre todo que pierdan
el miedo y se dejen sentir para bien. Conviene no olvidar que el individualismo
más brillante palidece en resultados ante la eficacia del trabajo en equipo.
Nadie nunca tiene siempre la razón. La adulación es cómoda, pero hace mucho
daño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario