lunes, 28 de agosto de 2017

¡AHORA es el CAMBIO!
Por: Juan Carlos Atzin Calderón

"Después de 11 años de acción voluntaria y solidaria, mi sueño se ha convertido en el sueño de miles en Veracruz, México y el mundo”
-       Juan Carlos Atzin Calderón

La vida se compone por un cúmulo de experiencias, vivencias, situaciones; conforme avanza vamos aprendiendo, creciendo, soñando, amando, trazando metas que buscamos alcanzar ya sea a corto, mediano o largo plazo; en ocasiones aquellas que planeábamos para unos meses se convierten en años o viceversa, nada en este mundo es estático, todo es susceptible a cambiar.

Hace 11 años decidí generar acciones que impactaran de forma positiva en el mundo, esto desde dos grandes aspectos — el social y el ambiental—, durante este tiempo a ratos desde uno, a ratos desde otro y en su mayoría en los dos. Siempre he creído que para generar mejores condiciones de vida para tod@s hay que poner lo que esté a nuestro alcance, pasando de pensar en el “yo” para pensar en el “nosotr@s”; lo cual me ha llevado a involucrarme en muchas causas, vivir bastos momentos, permitiéndome adquirir experiencia que me enorgullece continuamente.
Hace una semana hablaba sobre lo que representaba ser joven en los tiempos actuales y expresaba que los jóvenes somos el presente —no el futuro— porque la palabra “futuro” ya se encuentra en el pasado cuando terminamos de pronunciarla; siendo una reflexión que a inicios de este mes de agosto del 2017 me compartía el Maestro Francisco Mendoza — a quien digo maestro por razones de la fraternidad que nos abriga —, la cual retomo y adapto a mi visión sobre las juventudes. También comentaba en el escrito del pasado sábado que las guerras internas de cada persona son más fuertes que las que viven las naciones, — no porque minimice los conflictos armados que sufren hoy día los países —, sino más bien porque creo que esas guerras internas de cada persona provocan las guerras externas, lo que requiere reflexión en busca de cambiar la situación que vivimos en el mundo. En este sentido ahora les escribo mirando al pasado, viviendo el presente y sembrando lo que deseo para los tiempos venideros; lo hago al cumplir más de una década de impulsar acciones voluntarias y solidarias desde los sectores que comentaba en líneas anteriores. No quiero dejar pasar la oportunidad de rememorar un momento especial que tengo presente en cada semilla que planto, sucedido un 19 de agosto del 2013, fecha en que junto a un “puñado” de personas —como llamo a quienes coincidimos en un causa común— decidí tomar la iniciativa de conformar un organismo multidisciplinario que abrazara todas las ideas, todos los sentimientos, a todas las personas; al que llamamos “Somos la Semilla del Cambio”, nombre que contiene un simbolismo trascendental en mi vida, mismo que nunca dejo de compartir y por supuesto ahora tampoco pretendo dejarlo de lado.
Somos la Semilla del Cambio contiene 3 palabras claves: “Somos” que representa la unidad, suma de voluntades, de sentimientos, de valores, principios, amor, — no podría ser “soy” porque se requiere pasar el umbral de lo personalísimo—. “Semilla” va más allá de lo que se podría traducir a un grano, representa lo incierto dentro de lo esperado; la esperanza de que mediante el cuidado, abono, regado, pero sobre todo que mediante el amor, pueda germinar un nuevo ser vivo del cual desconocemos su rostro exacto, sin desconocer que será aquello que traerá alegría, fe y más amor a nuestros corazones. “Cambio” es algo de lo que muchas personas hablan en este siglo — en el caso de México porque vivimos un momento político que se supone representaría ello —, desde entonces la palabra cabe muchas veces en un discurso sin que suene trillada. Creo que no por pronunciar algo muchas veces quiere decir que se convierta en palpable, en lo personal representa hacer las cosas de una forma distinta — o de muchas formas— a lo acostumbrado, con visión de que sea mejor, evolucionando, trascendiendo, teniendo como base los anhelos de quienes vivimos en este mundo — incluso tomando en cuenta al resto de organismos con los que compartimos casa—, anhelos que se sienten en el aire que respiramos.
Seguro estoy de que lo que pasa en la vida no es simple casualidad, por ello incluso la fecha en que nació “Somos la Semilla del Cambio” tiene gran importancia — cada 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria—, su existencia misma tiene incluida una gran responsabilidad, la cual es ayudar a otr@s aún y cuando la vida misma se encuentre en riesgo, así como apoyar a quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad por las crisis —de todo tipo—, sumado al enorme ánimo de generar estrategias para contar con un ambiente donde todas las especies podamos vivir en armonía, incluyendo sin duda a seres humanos, flora y fauna. La analogía en cuanto a las guerras internas que viven las personas —las cuales se traducen en guerras externas— y las guerras que enfrentan las naciones en el mundo, son casos a los que nos enfrentamos en nuestras acciones constantes; situaciones a las que buscamos dar solución en el mundo —pequeño o grande— que nos tocó vivir.

En UNIDAD sí podemos GERMINAR un mundo DIFERENTE. ¡AHORA es el CAMBIO!

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