¡AHORA es el CAMBIO!
Por:
Juan Carlos Atzin Calderón
"Después de 11 años de acción voluntaria y solidaria, mi
sueño se ha convertido en el sueño de miles en Veracruz, México y el mundo”
-
Juan Carlos Atzin Calderón
La vida se compone
por un cúmulo de experiencias, vivencias, situaciones; conforme avanza vamos
aprendiendo, creciendo, soñando, amando, trazando metas que buscamos alcanzar
ya sea a corto, mediano o largo plazo; en ocasiones aquellas que planeábamos
para unos meses se convierten en años o viceversa, nada en este mundo es
estático, todo es susceptible a cambiar.
Hace 11 años decidí
generar acciones que impactaran de forma positiva en el mundo, esto desde dos
grandes aspectos — el social y el ambiental—, durante este tiempo a ratos desde
uno, a ratos desde otro y en su mayoría en los dos. Siempre he creído que para
generar mejores condiciones de vida para tod@s hay que poner lo que esté a
nuestro alcance, pasando de pensar en el “yo” para pensar en el “nosotr@s”; lo
cual me ha llevado a involucrarme en muchas causas, vivir bastos momentos,
permitiéndome adquirir experiencia que me enorgullece continuamente.
Hace una semana
hablaba sobre lo que representaba ser joven en los tiempos actuales y expresaba
que los jóvenes somos el presente —no el futuro— porque la palabra “futuro” ya
se encuentra en el pasado cuando terminamos de pronunciarla; siendo una
reflexión que a inicios de este mes de agosto del 2017 me compartía el Maestro
Francisco Mendoza — a quien digo maestro por razones de la fraternidad que nos
abriga —, la cual retomo y adapto a mi visión sobre las juventudes. También
comentaba en el escrito del pasado sábado que
las guerras internas de cada persona son más fuertes que las que viven las
naciones, — no porque minimice los conflictos armados que sufren hoy día los
países —, sino más bien porque creo que esas guerras internas de cada persona
provocan las guerras externas, lo que requiere reflexión en busca de cambiar la
situación que vivimos en el mundo. En este sentido ahora les escribo
mirando al pasado, viviendo el presente y sembrando lo que deseo para los
tiempos venideros; lo hago al cumplir más de una década de impulsar acciones
voluntarias y solidarias desde los sectores que comentaba en líneas anteriores.
No quiero dejar pasar la oportunidad de rememorar un momento especial que tengo
presente en cada semilla que planto, sucedido un 19 de agosto del 2013, fecha
en que junto a un “puñado” de personas —como llamo a quienes coincidimos en un
causa común— decidí tomar la iniciativa de conformar un organismo
multidisciplinario que abrazara todas las ideas, todos los sentimientos, a
todas las personas; al que llamamos “Somos la Semilla del Cambio”, nombre que
contiene un simbolismo trascendental en mi vida, mismo que nunca dejo de
compartir y por supuesto ahora tampoco pretendo dejarlo de lado.
Somos la Semilla del
Cambio contiene 3 palabras claves: “Somos” que representa la unidad, suma de voluntades,
de sentimientos, de valores, principios, amor, — no podría ser “soy” porque se
requiere pasar el umbral de lo personalísimo—. “Semilla” va más allá de lo que
se podría traducir a un grano, representa lo incierto dentro de lo esperado; la
esperanza de que mediante el cuidado, abono, regado, pero sobre todo que
mediante el amor, pueda germinar un nuevo ser vivo del cual desconocemos su
rostro exacto, sin desconocer que será aquello que traerá alegría, fe y más
amor a nuestros corazones. “Cambio” es algo de lo que muchas personas hablan en
este siglo — en el caso de México porque vivimos un momento político que se
supone representaría ello —, desde entonces la palabra cabe muchas veces en un
discurso sin que suene trillada. Creo que no por pronunciar algo muchas veces
quiere decir que se convierta en palpable, en lo personal representa hacer las
cosas de una forma distinta — o de muchas formas— a lo acostumbrado, con visión
de que sea mejor, evolucionando, trascendiendo, teniendo como base los anhelos
de quienes vivimos en este mundo — incluso tomando en cuenta al resto de
organismos con los que compartimos casa—, anhelos que se sienten en el aire que
respiramos.
Seguro estoy de que
lo que pasa en la vida no es simple casualidad, por ello incluso la fecha en que
nació “Somos la Semilla del Cambio” tiene gran importancia — cada 19 de agosto
se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria—, su existencia misma
tiene incluida una gran responsabilidad, la cual es ayudar a otr@s aún y cuando
la vida misma se encuentre en riesgo, así como apoyar a quienes se encuentren
en situación de vulnerabilidad por las crisis
—de todo tipo—, sumado al enorme ánimo de generar estrategias para contar con
un ambiente donde todas las especies podamos vivir en armonía, incluyendo sin
duda a seres humanos, flora y fauna. La analogía en cuanto a las guerras internas
que viven las personas —las cuales se traducen en guerras externas— y las
guerras que enfrentan las naciones en el mundo, son casos a los que nos
enfrentamos en nuestras acciones constantes; situaciones a las que buscamos dar
solución en el mundo —pequeño o grande— que nos tocó vivir.
En UNIDAD
sí podemos GERMINAR un mundo DIFERENTE. ¡AHORA es el CAMBIO!
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