DESDE
LA FINCA
Como te ves me vi, como me
veo te verás.- Ya sin el nieto que lo maneaba, porque ya se
fue a la escuela, el viejo campesino retoma las actividades en la finca, luego
de la canícula, el eclipse y los aguaceros que llegan sin anunciarse. Las
cuadrillas de peones con el entusiasmo de siempre, le entran al jornal desde
temprano, contentos porque ya se acerca la primera pepena de esta cosecha que
promete ser abundante. Las matas están bien cargadas de exuberante fruto verde
que hasta parece que se agachan. Pronto empezará a tornarse amarillo y después
rojo. Unos cantan entre los cafetos otros chiflan, pero como siempre, el
ambiente del campo es cordial y lleno de esperanza. En la cuadrilla hay hombres
maduros y jóvenes que clavaron su horizonte en la ladera.
El único adulto mayor
es el viejo sabio curtido por el tiempo y el trabajo. Entre bromas y
chascarrillos le recuerdan: “viejo, el lunes te vamos a festejar. Es el día del
abuelo” A lo que el sabio campirano con parsimoniosa y gruesa voz comenta: “Es
un orgullo llegar a mi edad; cuando yo era pequeño oía que mi padre le hablaba
de usted a mi abuelo y yo seguí esa costumbre. A los hombres mayores se les
tenía mucho respeto, se les admiraba y se les aprendía. Eran los maestros de la
vida. Muchas generaciones aprendimos de ellos a vivir antes que a leer. A
ganarnos el pan con honestidad y trabajo, a honrar la palabra y a defender la
dignidad. Pero ahora en la sociedad moderna a los ancianos se les ha rebajado a
“persona senil inútil”. He visto como muchas personas desearían no llegar a ser
ancianos porque sienten que se convertirían en un estorbo”. Cuando parecía que
había terminado su discurso alguien le preguntó que cuál es la diferencia entre
ser mayor y ser viejo. A lo que el erudito campesino, con aire de sapiencia filosófica
respondió: “Ser mayor es quien tiene mucha edad; viejo es quien perdió la
jovialidad. La edad causa la degeneración de las células; la vejez produce el
deterioro del espíritu. Usted es mayor cuando sueña; usted es viejo cuando
apenas consigue dormir. Usted es mayor cuando todavía aprende, usted es viejo
cuando ya no enseña. Usted es mayor cuando consigue hacer ejercicio; usted es
viejo cuando todo el tiempo lo pasa sentado o acostado. Usted es mayor cuando
el día que comienza es único; es viejo cuando todos los días son iguales. Usted
es mayor cuando en su agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir mañana
o la semana que viene; es viejo cuando su agenda está en blanco y solo vive
pensando en el ayer. El mayor trata de renovarse cada día que comienza, el
viejo se detiene a pensar que ese puede ser el último de sus días y se deprime.
Mientras el mayor pone la vista en el horizonte, donde el sol sale e ilumina
sus esperanzas, el viejo tiene cataratas que miran las sombras del ayer. En
suma, el mayor puede tener la misma edad cronológica que el viejo, pero sus diferencias
están en su espíritu y en su corazón”. Y dejando a todos los que lo escucharon
mudos, sorprendidos, pasmados y reflexionando, con voz que se escuchó como
trueno concluyó: ¡Que todos vivan una larga vida y nunca lleguen a ser “VIEJOS”
y el que esté viejo… que aprenda a disfrutar como “MAYOR”, cada minuto de su
día! Y no olviden que “Es joven quien tiene más ilusiones que recuerdos”…
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