Por:
Juan Carlos Atzin Calderón
“Escucho a
lo lejos el eco de las voces olvidadas, de las voces sin nombre;
las busco, encuentro, y abrazo con mis líneas, son las voces
del México que está ahí aunque parezca ausente”
-
Juan
Carlos Atzin Calderón
Mi encuentro con el Sr.
Pedro, quien con más de 80 años habla sobre la vida de quienes no tienen nombre.
Esta es su historia:
Yo no sé ni cómo me
llamo, no supe quiénes fueron mis padres, fui huérfano desde los tres meses, a mí
me trajeron chiquillo aquí a Alto Lucero, dicen que fue después de que fui
bautizado en Mesa de en medio cuando tenía un año, no sé cómo me llamo porque perdí
mis papeles, nadie nunca los encontró, no están en ningún lado, pensé que los
tenía mi madrina Victoria, pero cuando la busqué me dijo que no, me dio muina y
no quise volver a verla, estaba muy enojado con ella, conmigo mismo y con la
vida, que Dios me perdone por culpar a ella de mi pérdida.
Tuve un amigo en
Xalapa, su nombre era Donato, él me ofreció ayuda para sacar mis papeles,
fuimos a San Miguel del Soldado, ahí no querían ayudarme, me decían que no
tenían sistema, que no podían hacer nada por mí. Después de insistir mucho me
ayudaron, ahí me hicieron mis papeles, me urgían porque yo quería que me
apoyaran en programas del campo, me los hicieron pero al final eso fue un
truco, no sirvieron, mis papeles eran falsos.
Yo buscaba que me
apoyaran pero nadie me quiso ayudar, a veces cuando uno va a las dependencias o
a hacer un trámite al gobierno, creen que uno es inservible, pero hay que
demostrarles que no, que uno vale mucho. Es algo muy difícil porque quienes
tienen un puesto o un poco de poder creen que valen más que uno, ojalá que
nunca se sientan como yo me siento, ojalá y siempre sepan quienes son.
Para mí la vida ha sido
muy triste, me he pasado mis más de 80 años buscándome, me han dicho que me
llamo Pedro, pero la verdad yo no lo sé, he pasado por muchos golpes en estos
años, tantos que ni sé cuántos son, no sé ni la fecha exacta desde que
iniciaron. A pesar de todo mi sufrimiento, tengo claro que en este mundo hay
que aprender de todo para poder sobrevivir, pero también hay que enseñar a
quienes no sepan, no podemos vivir siendo malos o egoístas, uno nunca debe
tratar como no quieren que lo traten.
Me vienen muchos
recuerdos del pasado, me acuerdo que había una moneda grande de plata muy
valiosa de diez centavos, había otra de veinte centavos que era de cobre, antes
el dinero era valioso, ahora nos lo quitan en todo, pobre gente, pobre pueblo. Desde
muy chico tuve que ver la forma de sobrevivir, cuando estaba soltero trabajaba
y ganaba un peso diario. La vida me fue enseñando muchas cosas, me puse listo,
me puse a sembrar, vendía y ganaba algo de dinero, antes veinte centavos era
mucho, con eso se sobrevivía, ahora hay gente que tiene todo y hay quienes no
tenemos nada. También trabajé vendiendo leña, por una cargada me pagaban cinco
pesos y la comida, tenía que hacer muchas al día para que me alcanzara para
unos gustitos.
El hombre que alcanza
un estudio está bien, a quienes no tenemos estudio nos va mal, el gobierno si
se le pone te da algo, si no, no te da nada. Nomás mira al Presidente de
México, se cree el Dios de esta Tierra, empaqueta dinero junto a su gente, les
llegan apoyos de otras naciones y se lo acaban o se lo guardan, deberían de
poner algo para salir de esta pobreza, pero no ponen nada.
Me dan ganas de llorar
cuando pienso en cuanta gente ha muerto aquí, viejitos que ya no desquitan el
sueldo, pensar que el siguiente puedo ser yo. Los gobernantes no aparecen y los
políticos tampoco, solo lo hacen cuando quieren los votos pero cuando consiguen
el huesito ya no vienen. Un hombre que se mete a la política tiene que estar
hasta el final, no puede rajarse, hay que hacer frente a los problemas, no como
López Obrador, yo lo que veo es que no anda nada bien, eso es lo que yo veo y que
a mi edad puedo decir, él nos traicionó, brinca de un partido a otro, busca su
conveniencia, ojalá ya alcance huesito, cuando uno confía en las personas es
feo que lo traicionen, la verdad él ya no le cae a mucha gente, yo voté por él
pero ya no, no defendió al país, no defendió el voto y la confianza que le
dimos. Vamos a decir así, ojalá alcance un huesito para que sobreviva y no pase
lo que nosotros estamos pasando aquí.
Por desgracia el que
tiene dinero sube en política, si no cuesta mucho, por eso los políticos se
venden y luego se pierden del pueblo, en este país manda el dinero, quizás
sueno pesimista, pero dentro de mi pesimismo créeme que tengo esperanza, aquí
la seguiré teniendo junto a mi burrito que sí tiene nombre, le puse el “chorreado”
para que no se sienta tan solo como yo, tan perdido y sin un nombre, porque es
feo estar así. Pasaré mis últimos días lavando café, atendiendo puercos,
esperando a mis hijos que casi no veo, pero que sé que me valoran, eso me hace
sentir bien.
—Así como llega la
alegría a hogares en este invierno, también inunda la soledad a muchos otros;
conocer vidas como ésta nos ayuda a valorar la nuestra, por muy difícil que
pueda llegar a ser. Valoremos lo que tenemos ¡AHORA es el CAMBIO!
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