“El mundo está lleno de
cosas obvias
que nadie por
casualidad observa jamás.”
Arthur Conan Doyle
Los rayos X es un tipo de
radiación electromagnética capaz de atravesar cuerpos e imprimir películas
fotográficas; estos rayos son formados a nivel atómico cuando los electrones se
desaceleran liberando energía y se llaman rayos X porque en el momento de su
descubrimiento no se pudo determinar su origen ni lo que eran. En 1895 el
físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen, estudiaba el fenómeno de la fluorescencia
que producían los rayos catódicos en el tubo de Crookes (dispositivo algo
parecido a una lámpara fluorescente), notó que al cubrir el tubo con un cartón se
emitía un pequeño resplandor que atravesaba el cartón, supuso era un tipo de
radiación, dedujo que esta radiación podía atravesar otros tipos de cuerpos, probó
colocando varios objetos frente a la fuente de radiación con ayuda de su esposa
y vio los huesos de su mano proyectados sobre la pared; luego hizo la prueba
con una placa fotográfica y la mano de su mujer quedo impresa como la primera
radiografía del mundo.
Una onda electromagnética es
un tipo de energía invisible de mucha energía, ejemplos de estas ondas son las
ondas de radio que pueden llevar información por varios kilómetros, los rayos
ultravioleta provenientes del sol que pueden dañar la piel, o las microondas de
un horno que son capaces de alterar las moléculas de agua generando calor en
los alimentos; estas últimas fueron descubiertas por azar.
Unas de las primeras
aplicaciones de las microondas fueron en la segunda guerra mundial cuando se
usaban magnetrones (generadores de microondas) para detectar ondas de radio
provenientes de comunicaciones del enemigo. Durante esta época un ingeniero
llamado Percy Spencer hacía pruebas con los magnetrones y se dio cuenta que el
caramelo que llevaba en su bolsillo se había derretido, imaginó que la
radiación había calentado su dulce y para comprobarlo usó unos granos de maíz
palomero y en unos segundos estos reventaron en palomitas; siguieron las
pruebas con más alimentos y se alentó a que este descubrimiento se utilizara
para inventar lo que ahora se conoce como horno de microondas.
En la antigua Grecia existió
un científico que en la actualidad sigue siendo referencia en la ciencia, entre
otras cosas al principio de flotación que lleva su nombre. Arquímedes fue
elegido para resolver un problema del monarca Hierón II de Siracusa, este rey
solicitó que le fabricaran una corona pero el día de su entrega dudó que fuera
hecha de acuerdo a sus especificaciones en cuanto a la cantidad de oro y plata
empleada; al plantearle este dilema a Arquímedes empezó a analizar la forma en
que haría este trabajo ya que no podía dañar la corona y mucho menos fundirla
para determinar su volumen, agobiado por la problemática decidió tomar un baño
y al meterse a su tina observó que se desbordó el agua, un instante después
salió corriendo de su casa gritando emocionado porque había hallado la manera
de determinar el volumen de la corona y con esto saber si se habían empleado
las cantidades correctas de oro y plata. Al sumergir un objeto en agua, esta
genera un empuje que se traduce en cierta cantidad de agua desplazada, que es
igual al volumen del objeto sumergido, entonces, al conocer las densidades de
los materiales con se fabrica se puede conocer con exactitud los volúmenes
utilizados en la fabricación del objeto.
Como se puede apreciar, muchas
veces los descubrimientos científicos no se hallan tras eternas horas de estudio,
aparecen disfrazados de cotidianeidad en un momento y lugar muy particular;
además de los que se han citado, existen muchos ejemplos más como el
descubrimiento de la penicilina después de un descuido de Alexander Fleming que
el día de hoy ha ayudado a que la esperanza de vida en el humano aumentara
considerablemente o el descubrimiento del cometa Shoemaker-Levy 9 que fue
captado mientras se fotografiaba el planeta Júpiter, gracias a esto se
determinó que este enorme planeta sirve como defensa contra asteroides y
meteoritos que pudiera estrellarse en la tierra.
La ciencia nos regala grandes
cosas a través de mentes privilegiadas, trabajo exhaustivo de hombres y mujeres
incansables, numerosas fallas en laboratorios e incluso cobrando precios muy
altos en la salud y vida de sus protagonistas; y como una divertida ironía
también los otorga conocimiento sin esperarlo, como un obsequio a las personas
que en su nombre hacen grandiosas contribuciones.
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