DESDE
EL AULA
En
nuestro sociedad, la ausencia de un pensamiento crítico es una de las
principales causas de que en los diversos contextos de la realidad cotidiana,
ya se el hogar, la calle, el barrio, los centros de trabajo, etc., no haya
lugar para las prácticas democráticas, y no me refiero a los partidos políticos
y a los sindicatos por ser, paradójicamente, los entes donde se promueven los
proceso más antidemocráticos y no pocas veces, revestidos de corrupción.
Renegar
de nuestros orígenes y desconocer nuestra propia historia, además de que
inevitablemente nos lleva a incurrir en los mismos errores, desdibuja nuestra
identidad y lastima nuestros sentimientos de dignidad.
Una
mirada retrospectiva a partir del México post revolucionario nos permite constatar
que la realidad prevaleciente era la de revueltas y asonadas, donde los caudillos
militares con una mirada absolutamente local, defendiendo intereses facciosos,
emergiendo aquí y allá, siempre dispuestos al golpe y a la traición, pero sin
una idea de nación y sin un propósito definido de encabezar un gobierno
nacional. Si bien había contiendas presidenciales, éstas se definían mediante
una estrategia militar que dependía del número de soldados y cantidad de armas
y municiones de que se disponía, pero no de un programa electoral, y en estas
condiciones la pasificación del país y el desarrollo económico, resultaban
sencillamente impensables.
La
fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) que aglutinó a los
principales caudillos en torno al liderazgo de Plutarco Elías Calles y que
luego evolucionó al Partido de la Revolución Mexicana (PRM) bajo el régimen del
general Lázaro Cárdenas del Río, para luego convertirse en el Partido
Revolucionario Institucional (PRI) siendo presidente de la república Miguel
Alemán Valdés, hizo posible la pasificación del país, se fundaron las grandes
instituciones sobre las cuales se edificó el México moderno y se tuvo el enorme
mérito de haber llevado a los militares a los cuarteles y ponerlos bajo un
mando supremo de naturaleza civil, condiciones todas que propiciaron un
desarrollo económico que por sus logros se denominó el “Milagro mexicano” el
cual mereció el reconocimiento internacional al grado de concederle a nuestro
país la sede y organización de las olimpiadas de 1968, las cuales fueron
estigmatizadas por la brutal e inútil represión al movimiento estudiantil,
cuyas demandas eran absolutamente atendibles. El gobierno autoritario optó por
la intransigencia asesina, con la cual constituyó un parte aguas en la historia
patria y trazó la ruta inevitable hacia la alternancia que llega con el tercer
milenio.
Lo
someramente expuesto es suficiente para dar cuenta de los importantes aportes
que el Partido Revolucionario Institucional ha hecho a la nación. Renegar de
él, satanizarlo bajo una óptica que solo visualice lo blanco y lo negro, además
de significar un simplismo inadmisible, denota un absurdo maniqueísmo que imposibilita
una reflexión crítica, objetiva y justa. Es cierto, arrastra un profundo
desgaste derivado de ejercicios prolongados de poder; hay quienes bajo sus
siglas han incurrido en oprobiosos abusos, pero conserva militancia, presencia
y programa. Los réquiems pueden esperar.
El
nobel Octavio Paz, señala como virtudes del PRI, el haber puesto a las fuerzas
armadas bajo un mando civil y en los cuarteles con facultades
constitucionalmente señaladas, y el haber establecido una válvula de escape a
través de la movilidad social, la cual actualmente es una ilusión porque si
bien el hijo del obrero, del campesino o trabajador informal, puede acceder a
la educación superior, ello no constituye garantía alguna de que vaya a
ascender en la escala social, por el contrario, solo incrementa las
estadísticas del desempleo. Paz, advirtió que la posibilidad de que el ejército
retornara a las calles no estaba conjurada y señalaba como causas, entre otras,
la violencia descontrolada.
El
comentario adquiere sentido en el contexto actual por la recién aprobaba Ley de
Seguridad Interior, que ha polarizado a las corrientes políticas del país y
encendido luces de alerta para organismo defensores de derechos humanos tanto
nacionales como internacionales. Por otra parte, se encuentra la inseguridad
con enorme dosis de violencia que parece, solo las fuerzas castrenses pueden,
cuando menos, atemperar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario