martes, 26 de diciembre de 2017

Cerca del Cielo.

Por: José Ramón Flores Viveros.
Análisis breve del año…
Es bueno verse bien; pero es mejor sentirse bien.
                       C. del C.

Es de verdad increíble la forma tan rápida en que se fue este año, con sus cosas buenas. Este año esta columna, que se publicó por primera vez en junio de 2003 en el diario deportivo Esto, casi llega a la mayoría de edad; gracias a la invitación del coordinador de Esto de Veracruz, Edvino Rodríguez Portilla, quien me animó a iniciarme como columnista. Posteriormente destacados periodistas deportivos, como Abraham Alcántara Varela, Julián Rodríguez Ramírez, José Luis Yáñez García, Manuel Viveros García y Francisco Alvarado Muñoz pusieron un granito de sabiduría y experiencia, pero sobre todo de ánimo y de crítica constructiva. También a Ricardo Mora Segura, Héctor Larios Proa y Mary Paz Monzón y al Prof. Rubén Monzón quienes de manera inmerecida siempre han creído en esta columna.
Todos estos años Cerca del Cielo, ha aparecido en diversos medios, sin que el orden de los factores sea importante, ni fundamental, en Esto de Veracruz, Oye Veracruz, Regional, Diario AZ y Semanario ESPRESSO. No sin cierta vanidad comento, que en abril de 2007, la revista Selecciones de circulación mundial, publicó una nota en una sección de cartas del lector, una modesta reflexión al estilo de Cerca del Cielo, sobre un accidente ocurrido en lo alto del Everest, donde un alpinista accidentado fue abandonado a su suerte en la franja de la muerte de esta montaña. Esta franja, se ubica arriba de los 8000 metros de altura. Recuerdo que fue un tanto complicado poder expresar una opinión, ya que estaba limitada a 125 palabras. Era como una especie de rompecabezas escrito. El tiempo se agotaba, eran ya finales de marzo y había que enviarla, para que existiera la posibilidad de que apareciera en abril. Por más que lo intentaba rebasaba irremediablemente el número de palabras. Y cada vez que quitaba alguna, la reflexión se cortaba y quedaba sin estructura. Finalmente -mi hija me ayudaba escribiendo- probé entonces  dictándole. Fue la única manera en que pudimos darle estructura sin rebasar el límite.
Cuando me enteré que había sido publicada mi carta, fue una gran alegría. Selecciones es demasiado estricto en cuanto a lo que le da a sus lectores. La reflexión debía cubrir  otros requisitos. Como el de iniciar de forma muy breve el tema, en el centro esta idea tenía que ir tomando cierto ritmo y fortaleza para cerrar con una conclusión coherente, convincente y muy clara. Si lo escrito carece de alguno de estos elementos, Selecciones no lo publica. Tienen una política muy enérgica, y jamás y nunca se arriesgan a que la revista se vea envuelta en asuntos de aclaraciones por falsear algún hecho o publicar algo de manera inexacta.

A todos los medios  que han publicado esta columna y los que lo siguen haciendo, a todos ellos mi gratitud eterna y sincera. Mi pésame sincero para la familia del periodista deportivo Edvino Rodríguez Portilla, quien falleciera recientemente, a su esposa e hijas. Que Dios les de mucha fortaleza.

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