CAFETEANDO
Por A. Emilio Polanco Servín
Don Jorge
Negrete y Gloria Marín.
En aquellos años de la
década 1950-1960, cuando en Coatepec existía el cine Imperial, concurríamos
llenos de alegría, a ver películas de acción, como las del oeste, de caballos y
guerreros, las de Tarzán de los monos, de Cantinflas y de charros como Don
Jorge Negrete y la hermosa Gloria Marín, en fin.
El muchacho de la película,
el héroe, el mejor; cómo no recordarlo cantando con esa privilegiada voz y su
imagen bravía de enamorado y enamorador, con tan guapas compañeras de la
historieta, en las que destacaba Gloria Marín, de gran belleza y conmovedora
ternura, nos embelesaban como pareja.
Jorge Negrete nació en
Guanajuato 1911 y murió en los Ángeles en 1953.
Tan solo cuarenta y dos
años; yo diría en plenitud de exitosa carrera, lo cual sucedió por su atractivo
personal y su prodigiosa e inconfundible voz.
Fue cantante y actor de los
buenos, quizá porque a su don natural se suman su capacidad intelectual, pues
le gustaba el estudio. En el Colegio Militar donde ingresó a los 16 años, llego
a ser teniente primero de administración hasta ser capitán.
Estudió canto, iniciándose
con opera, para luego comprender que lo suyo era la canción vernácula,
ranchera, muy a la mexicana.
Su gran calidad de voz y su
aspecto varonil y distinguido, hicieron que su carrera fuese acelerada hasta
convertirse en una celebridad en los escenarios, no solo de nuestro país, sino
internacionalmente.
Sus películas inician en
1937 con “LA MADRINA DEL DIABLO”, él encarnaba el personaje del “CHARRO
CANTOR” como él solo supo hacerlo;
valiente, bravío, adinerado, bien vestido, mujeriego, arrogante, vital, en suma,
inigualable.
Se casó con otra gloria del
cine nacional Doña Gloria Marín, pero también como era natural su matrimonio
fracasó, debido a los conflictos que surgían debido a sus devaneos amorosos.
En su matrimonio con María Félix, la rutilante estrella, brilló la
esperanza anhelada de una vida de relación estable; sin embargo el destino
truncó con su muerte lo que hubiera sido un gran amor, casi de película.
“Si
Adelita se fuera con otro”, “No basta ser charro”, “El rapto”, “La Valentina”,
“Perjura”, “Juan sin miedo”, “Juntos
pero no revueltos”, “Hay Jalisco no te
rajes”, “Historia de un gran amor”, “Así se quiere en Jalisco”, “El peñón de
las animas”, “Tierra de pasiones”, “Cuando quiere un mexicano”, y “Me he de
comer esa tuna”, son algunas de sus extraordinarias películas
que vimos con gusto en nuestro cine imperial de Coatepec, Ver.
Él y solo él, Don Jorge
Negrete, supo ataviarse como autentico charro, con chaqueta bordada, corbata de
moño y sombrero de ala ancha, también bordado elegantemente.
Parecía siempre arrogante
con suave sonrisa a punto de lance
amoroso donde languidecía su mirada conquistadora del sector femenino.
La grandiosidad de Negrete
popularizo la música mexicana por todo
el mundo, fue así que también nuestro país se dio a conocer con su potente y
bien timbraría voz, genuino instrumento que el sabia modular a la perfección.
Fue no cabe duda, un
personaje irrepetible, murió en plenitud personal y profesional, dejándonos un
recuerdo imperecedero.
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