martes, 5 de diciembre de 2017

Cerca del Cielo.

Por: José Ramón Flores Viveros.
Santo, el Enmascarado de Plata. II DE III PARTES.
“¡Santo llamando a Blue Demon!”… “¡Santo llamando a Blue Demon!”
“¡Aquí Blue Demon!”.
…el réferi trató de impedirlo, pero lo que logró fue que el Santo le hiciera pedazos la camisa, el tercero sobre las cuerdas no atinaba la forma de detener el huracanado ataque del rudo debutante, así que optó por lo más sano: descalificarlo.

Nunca nadie había perdido una lucha por descalificación en nuestro país, por lo que la gente ese quedó admirada del nuevo rudo, y claro, las semanas siguientes, eran filas impresionantes alrededor de las arenas donde se presentaba el Santo, y es que todos querían ver al rudo sensación.
Desde ese entonces, el Santo inició una carrera hacia la cumbre que nadie pudo frenar, se convirtió en el mejor Peso Welter, no había quien pudiera con él, luego fue Campeón Nacional de esta división, y después Campeón Nacional de Peso Medio. Nadie podía detener a este joven en su carrera hacia la cúspide, y es que el Santo era casi invencible.
                          Estreno de la Arena Coliseo.
En esa época don Salvador Lutteroth pensó que ya era tiempo de abrir un nuevo local para la lucha libre, y mando construir la Arena Coliseo en las calles de Perú, pero tenía que abrir este gran inmueble con una lucha sensacional, y eligió a un verdadero maestro, al máximo ídolo de aquel entonces, Carlos “El Tarzán” López, contra el novato sensación, el rudo más odiado, el Santo.
                          Su primera gran humillación.
Esa lucha fue la primera gran frustración del Enmascarado de Plata, estaba en juego el Campeonato Mundial de Peso Medio que poseía  “El Tarzán” López, y el campeón se impuso con un contundente dos al hilo. Fue un hecho muy doloroso para el Santo, pues él pensaba que ya estaba en la cúspide, pero el Tarzan se encargó de bajarlo de su nube.
Esa derrota fue triste, pero muy provechosa, ya que obligo al Santo a superarse mucho más: y gracias a esto comenzaron a llegar los triunfos significativos, pues se convirtió en Campeón Mundial Welter, al derrotar al búlgaro Pete Pankof, y posteriormente conquistó el Campeonato Mundial Medio, al derrotar al japonés Sugi Sito.
                  Su máximo trofeo, la máscara de Black Shadow.
El Santo y Black Shadow encarnaron la rivalidad más importante de la década de los cincuenta: y el momento cumbre de esta rivalidad llego el 7 de noviembre de 1952, cuando en la Arena Coliseo, estos dos monstruos sagrados del pancracio, se jugaron las máscaras.
Fue una lucha intensa y llena de dramatismo, el público estaba totalmente dividido, y es que aunque el Santo militaba en el bando rudo, era un verdadero ídolo. Fueron  cerca de 60 minutos de tormentosa batalla, los dos sacaron a relucir sus mejores armas, la lucha fue una poesía de llaves y castigos, pero al final, el Santo logró imponerse, y ahí firmo su carta hacia la gloria, porque desde ese momento, la fama y la fortuna se convirtieron en sus compañeras inseparables…Continuara.

(Tomado de la Revista Arena de Lucha Libre, Febrero 1 de 1994).

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