REFLEXIONES
Héctor
Hernández Parra
Don Carmelo
Una
persona de recuerdos para algunos coatepecanos, su presencia forma parte de aquellos
tiempos del Coatepec, aún en nuestra memoria.
Un
hombre valiente, sencillo, Don Carmelo Sánchez Solís, originario de Salvatierra,
Guanajuato; de origen humilde pero de gran fortaleza, llegó al estado de Veracruz
acompañado de su hermana Ángela, con la firme intención de buscar el sustento y
una vida plena.
Desde
muy joven desempeñó diversas actividades, su principal anhelo era formar una
familia, para ello procreó tres hijas y tres varones. En Martínez de la Torre, Fortín de las Flores,
Orizaba y Coatepec, fueron las ciudades que lo recibieron cariñosamente. Aprendió
la convivencia sana, el trato con la gente. A Coatepec llegó en aquella época de bonanza mediana,
de prosperidad agrícola, ya que los cultivos tradicionales activaban la
economía regional, la cafeticultura, el plátano, la naranja, la caña de azúcar.
La
actividad que desempeñó don Carmelo estaba relacionada a comandar un equipo de
colaboradores a fin de garantizar la Seguridad Pública Municipal. El reto
estaba en contener la delincuencia, instaurar el orden y dar certeza en la
tranquilidad de los coatepecanos.
Con
varios elementos policiacos, con reducido equipo y armamento, el patrullaje y
la vigilancia se daban con mucha dificultad. En algunas ocasiones tuvo la necesidad de
habitar en algún cuarto en los interiores del Palacio Municipal. Recordemos las
condiciones del inmueble con muchas carencias, tales que albergaba a dos reclusorios,
uno para varones y otro para mujeres. Siempre se recuerda también a otro elemento policiaco
llamado Narciso, generalmente lo acompañaba, aunque la cercanía no siempre
tenía que ver con la fidelidad y la disciplina. Un puñado de policías vigilaban
las actividades de limpieza y trabajo comunitario que los detenidos desempeñaban
en las calles del centro de Coatepec.
A
mediados de los años setenta, Don Carmelo tomó la decisión de emigrar
nuevamente; en Orizaba asentó su hogar para prepararse con paciencia y vivir
sus últimos años rodeado del amor de su descendencia. Sería el 29 de septiembre de 2008 la fecha en
la cual don Carmelo fallecería a los 113 años en la paz de su casa.
A
nuestra mente llega la figura de aquel hombre con su pierna enferma que
dificultaba sus pasos, pero que no le impidió forjar un ejemplo para su prole.
Mi
agradecimiento a don Roberto Cardoso Sánchez por su valiosa ayuda para obtener
información, vital para recordar a un servidor público, quien dio testimonio de
su entrega por Coatepec y la región.
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