martes, 5 de diciembre de 2017

REFLEXIONES


Héctor Hernández Parra

Don Carmelo
Una persona de recuerdos para algunos coatepecanos, su presencia forma parte de aquellos tiempos del Coatepec, aún en nuestra memoria.

Un hombre valiente, sencillo, Don Carmelo Sánchez Solís, originario de Salvatierra, Guanajuato; de origen humilde pero de gran fortaleza, llegó al estado de Veracruz acompañado de su hermana Ángela, con la firme intención de buscar el sustento y una vida plena.


Desde muy joven desempeñó diversas actividades, su principal anhelo era formar una familia, para ello procreó tres hijas y tres varones.  En Martínez de la Torre, Fortín de las Flores, Orizaba y Coatepec, fueron las ciudades que lo recibieron cariñosamente. Aprendió la convivencia sana, el trato con la gente.  A Coatepec llegó en aquella época de bonanza mediana, de prosperidad agrícola, ya que los cultivos tradicionales activaban la economía regional, la cafeticultura, el plátano, la naranja, la caña de azúcar.

La actividad que desempeñó don Carmelo estaba relacionada a comandar un equipo de colaboradores a fin de garantizar la Seguridad Pública Municipal. El reto estaba en contener la delincuencia, instaurar el orden y dar certeza en la tranquilidad de los coatepecanos.

Con varios elementos policiacos, con reducido equipo y armamento, el patrullaje y la vigilancia se daban con mucha dificultad.  En algunas ocasiones tuvo la necesidad de habitar en algún cuarto en los interiores del Palacio Municipal. Recordemos las condiciones del inmueble con muchas carencias, tales que albergaba a dos reclusorios, uno para varones y otro para mujeres.  Siempre se recuerda también a otro elemento policiaco llamado Narciso, generalmente lo acompañaba, aunque la cercanía no siempre tenía que ver con la fidelidad y la disciplina. Un puñado de policías vigilaban las actividades de limpieza y trabajo comunitario que los detenidos desempeñaban en las calles del centro de Coatepec.

A mediados de los años setenta, Don Carmelo tomó la decisión de emigrar nuevamente; en Orizaba asentó su hogar para prepararse con paciencia y vivir sus últimos años rodeado del amor de su descendencia.  Sería el 29 de septiembre de 2008 la fecha en la cual don Carmelo fallecería a los 113 años en la paz de su casa.   

A nuestra mente llega la figura de aquel hombre con su pierna enferma que dificultaba sus pasos, pero que no le impidió forjar un ejemplo para su prole.

Mi agradecimiento a don Roberto Cardoso Sánchez por su valiosa ayuda para obtener información, vital para recordar a un servidor público, quien dio testimonio de su entrega por Coatepec y la región.


CONTACTO hectorhernandezparra77@gmail.com

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