RENOVACIÓN DE CAFETALES VIEJOS.
Por.
Ruperto Opoch G.
Existe
una ley experimentada en el campo de la Biología, la cual en muy pocas palabras
encierra un contenido irrebatible: “RENOVARSE O MORIR”.
Dicha
ley puede ser aplicada en muchos aspectos relacionados con la vida, ya que
sabemos que los seres nacen, crecen, se reproducen y mueren, ley infalible para
la conservación de las generaciones.
Coatepec,
agrícola por excelencia en el cultivo del café, inició la siembra de sus
cafetos hace más de cien años y en sus campos existen ejemplares de aquellos
arbustos, cuyos tallos pueden medir hasta diez pulgadas de circunferencia,
propios para llevarlos a una exposición de antigüedades, ya que un cafeto
normal en plena producción tiene un tallo que no pasa de unas dos pulgadas de
grueso.
El caso
que nos ocupa es de mucha importancia ya que en Coatepec se ha iniciado una
campaña para renovar sus cafetales, con lo cual se piensa obtener mayor
producción y mejor calidad de los cafetos.
Tres
agricultores (aficionados al experimento) nos hemos lanzado en pro de esta
campaña renovadora: el Prof. Fermín Cuevas A., inició su experimento el día
primero de mayo de este año en su finca “Campanela” que está situada al oeste a
tres kilómetros de la ciudad, con un plantío de diez mil cafetos.
El señor
Antonio Nieto M., inició el mismo experimento de renovación en su finca “El
Deseo”, que está situada al noreste y a ocho kilómetros de la ciudad, con un plantío
de dos mil cuatrocientos cafetos.
Y el que
esto escribe, está realizando el mismo procedimiento en una finca que está
situada al noreste de la ciudad, en el lugar denominado “El Deseo”, en un
plantío de dos mil doscientos cafetos.
Una vez
tomada la determinación comenzó el derrumbe y a todos los surcos destinados a
perecer quedaron inactivos. De momento se abrió un claro y la finca aparentemente
quedó destrozada, pero los surcos que siguieron en actividad quedaron
totalmente ventilados sin maltrato alguno y con espacio suficiente para
facilitar su crecimiento lateral, es decir, a los lados y no en el estado
actual en que se encuentran con crecimiento vertical, dificultando la
recolección del fruto. Otra razón es que mientras más grueso y alto es el
tallo, más cantidad de savia necesita para alimentarse, de lo que se deriva la
mala calidad del fruto y en consecuencia rendimientos totalmente malos.
Cuando
desaparece la primera dificultad en los tallos recepados, podrá obtenerse
abundante cosecha en los tres años siguientes, con la promesa de que para
entonces comienzan a salir las plantas nuevas que están sembradas entre tronco
y tronco y cuya misión será sustituir a las plantaciones viejas y ya en plena
decadencia.
Este
nuevo procedimiento de cultivo será comentado en pro y en contra por la mayoría
de los agricultores de la región, ya que hasta la fecha sólo nos habíamos
concentrado a seguir procedimientos antiguos sin progreso alguno para mejorar
las plantaciones la calidad del café y por ende nuestros ingresos pecuniarios.
Es
necesario por lo tanto, reflexionar sobre el caso y desterrar aquellas palabras
rutinarias como “con eso me la paso”; “con eso me conformo”, etc.; lo ideal es
aumentar la producción por unidad de superficie. Hacer lo que se ha hecho
siempre es no hacer nada. Sigamos la fórmula que nos llevara al triunfo: H es igual
a P. Hacer es igual a Producir. Hagamos más para producir más.
Fuente:
Datos Históricos publicados en la Revista Sociedad Agrícola Coatepecana,
editada en 1960, conmemorando los 50 años de su fundación.
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