lunes, 23 de abril de 2018

Cerca del Cielo Por: José Ramón Flores Viveros

Curvas de la muerte

Para algunas personas, escuchar es esperar impacientemente a que se presente la oportunidad de 
decir: “A propósito…”
                        Averno Ball, The Wall Street  Jornal.

Estoy muy contento, ayer, al leer la sección de deportes de Diario de Xalapa, me entero que doce leyendas del futbol nacional y mundial serán integrantes del Salón de la Fama del Futbol. Esta votación se realiza cada año y me sentía muy frustrado, porque mi ídolo Fernando Bustos no era considerado. Amigos con los que hablábamos de este asunto, siempre me decían “Es cuestión de tiempo, tarde o temprano Bustos, será investido al Salón de la Fama del Futbol Nacional e Internacional”; tenían razón, ayer junto con brasileños Cafu, Roberto Rivelino, campeones del mundo con Brasil, el italiano Roberto Baggio, entre otros más, apareció el nombre del “Gambetero Diabólico”, Fernando Bustos Castañeda. La verdad, cuando vi su nombre entre los investidos, me puse a llorar de alegría.

Tengo en la mente sus espectaculares jugadas, era un jugador con una imaginación desmedida cuando tenía el balón en sus pies. Alguna vez, el lateral izquierdo del Guadalajara, Guillermo “El Pititos” Torres, uno de los mejores marcadores en esta posición expresó en aquellos años: “Cuando Bustos recibe la pelota, es casi imposible saber lo que va a hacer, es como si tuviera en mente 40 jugadas diferentes, es una pesadilla adivinar”.

Pasando a otra cosa, mi hijo realizó el fin de semana pasada su segundo ascenso al Iztaccihuatl, y me dice que estuvo muy difícil, que lo sintió mucho más complicado y agotador. La verdad, me siento muy orgulloso de él. Recuerdo ascensos agotadores hasta la demencia y admiro mucho a quienes se dedican a la práctica del deporte. Admiro a los atletas que realizan carreras de muchos kilómetros, admiro su voluntad y disciplina, cómo se preparan para las competencias.

No puedo ni siquiera imaginar, lo que representa hacer un maratón, es algo que supera mi imaginación correr más de 40 kilómetros. Cómo se deben de sentir al terminarlo, qué es lo que pasa por la mente de ellos al cruzar la meta. Tuve la oportunidad de hacerme corredor por salud y también como parte de la preparación, para hacer montaña. Es también una terapia psicológica, recuerdo que cuando comenzaba a correr, en algunas ocasiones iba de muy mal humor, pero conforme el esfuerzo era más intenso y el desgaste físico también, comenzaba a ver mis frustraciones desde otra perspectiva. Además de que el cerebro con el ejercicio produce endorfinas, responsables del placer y la alegría. Recuerdo que muchas veces, al ir corriendo era presa de una risa sin control, sin motivo lógico alguno.

Los beneficios de correr son infinitos, no solo físicos si no también mentales, me quedé con las ganas de haber participado en alguna competencia atlética. Aunque haciendo memoria, sí participé alguna vez con un equipo de atletismo en dos competencias de relevos. No nos fue mal, hicimos un papel decoroso, me tocó un tramo -no recuerdo de cuantos metros- viniendo de Teocelo, exactamente pasando el puente de la barranca de esta bella población. Estuvo diabólico la verdad, la ligera pendiente de las curvas es la muerte. No recuerdo cuántos días me duro la envarada. Claro que jamás entrené para hacerlo, también recuerdo, que incluso, en una de las carreras, todavía fui a jugar futbol antes de la carrera. La juventud me sacó del compromiso, pero aun así recuerdo que vi mi suerte. El atletismo una actividad de guerreros. Cerca del Cielo 15 años.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario