lunes, 23 de abril de 2018

CON-CIENCIA - Las competencias de Newton - Por Sergio Jimarez

“Si yo he visto más allá, es porque logré 
pararme sobre hombros de gigantes.”
Isaac Newton


Hablar de física es hablar de movimiento, esta primera imagen nos representa todos los conceptos de esta ciencia en un solo instante, podríamos describir energía, momento, velocidad y trabajo; siendo la observación más directa sobre lo que nos rodea, ya que un objeto que permanece estático nos transmite que no está ocurriendo nada. La mecánica es la primera rama de la física y la piedra angular de cualquier estudio posterior, desde saber el fundamento matemático que hay en la posición de un objeto, hasta utilizar este conocimiento y predecir la órbita de un planeta, por ejemplo.

Aunque muchos científicos de la antigüedad ya habían colaborado en temas de la mecánica, fue Isaac Newton quien dio los pasos más grandes; gracias a él se sentaron las bases de la mecánica clásica que, sin duda, es la herramienta primordial de cualquier rama de la física. Pudo, además, crear un nuevo sistema de estudio que facilitó su entendimiento: El cálculo infinitesimal, con esto, las limitaciones de los problemas tratados con álgebra fueron superados. Esta rama de las matemáticas comprende las funciones en representaciones muy pequeñas que en suma, generaliza la información de un sistema. 

Cuando Newton publicó sus trabajos sobre el cálculo, se encontró con un problema, existía una persona que también se adjudicaba el descubrimiento, se trataba de Gottfried Leibniz, un matemático alemán de mucho prestigio; estos dos personajes entraron en una disputa de acusaciones de plagio ya que los dos defendían haber sido el único descubridor; esta pelea generó, además, una división entre los matemáticos de la época y aunque la pelea se tornaba muy seria, Newton y Leibniz seguían intercambiando resultados, muestra de compañerismo y de anteponer el bien común antes del personal. 

Durante el paso de los años se llegó a la conclusión mediante evidencias históricas que ambos habían llegado al mismo descubrimiento de manera independiente. Cabe resaltar que las pequeñas diferencias entre los trabajos se enriquecían mutuamente. 

La Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural, es el centro donde se han concentrado las grandes mentes a lo largo de varios siglos y en el siglo XVII Newton perteneció a ella junto con Robert Hooke quien fue un científico experimental muy importante de la época; estos dos personajes estuvieron trabajando de manera simultánea en el concepto de fuerza y algunas leyes de la mecánica, pero también tuvieron conflictos sobre la autoría de ideas y descubrimientos en cuestión de mecánica celeste; la tensión dentro de la Real Sociedad pudo afectar el desempeño de los integrantes y es que al parecer, las personalidades de estos científicos nunca fueron compatibles, llegando incluso, a más peleas con otras personas. Hooke, era un científico asilado y con poco contacto con las demás personas, se comentaba que su trato era un tanto descortés. 

Newton fue una persona muy ocupada siempre, su estudio constante lo mantenía en la experimentación, investigación y lectura de más ciencia, sin embargo, también dedicó gran parte de su tiempo en estudiar la alquimia y cuestiones esotéricas; las ideas de estas disciplinas, si bien estaban fuera de la metodología científica, mantenía la curiosidad de Newton muy al pendiente.  

Los historiadores representan a Isaac Newton como un hombre controversial, celoso del trabajo de sus compañeros y con actitudes de desprestigio sobre ellos; sentimientos tan humanos como cualquiera; al mismo tiempo, ha sido unos de los grandes de la ciencia y sin dar la razón a una parte o a la otra, lo cierto es que las leyes ahí están, el conocimiento se ha formado gracias a ellos y puede que estas “competencias” hayan motivado también el esfuerzo de sus protagonistas. 

Newton también dijo: “No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al borde del mar, y que se divierte buscando de cuando en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente desconocido.”

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