Hemos comentado anteriormente la manera en que se van desarrollando las campañas electorales de algunos candidatos a las diputaciones locales y federales.
Nos podemos percatar que el esquema utilizado es el recorrido a raíz de suelo, en reuniones y en mítines.
En el caso de las candidatas y candidatos, se utiliza el recurso de suponer que el electorado desconoce las atribuciones de los legisladores. Se usa el ofrecimiento de dar solución a problemáticas sociales utilizando la oratoria clásica como recurso.
La percepción del hartazgo se palpa en las campañas, el voto diferenciado clama justicia para fustigar y castigar a quienes han abusado de los excesos en cargos públicos.
Revisando los perfiles de quienes aspiran el ejercicio de la responsabilidad legislativa nos conduce a inferir que aún no existe una preparación para cumplir adecuadamente en las cámaras.
Se hace necesario modificar la normatividad e instaurar la obligatoriedad de prepararse y aprobar planes de estudio, a fin de que solo los mejores puedan desempeñar alguna encomienda legislativa, descartar a aquellos que hayan sido derrotados en contiendas anteriores. Lamentablemente existen candidatos que su oferta es contraria a buscar la excelencia en la formación, y fomenta la inclusión de expertos en sobrevivir en el ambiente legislativo sin generar resultados positivos para el ciudadano.
Nuevamente el poder económico y empresarial se hace presente, para ser considerado como candidata o candidato, otro elemento es el tráfico de influencias.
De acuerdo a los antecedentes descubriremos que al menos un candidato a gobernador por Veracruz desde el senado veracruzano fortaleció los empeños de las defectuosas reformas de Estado, ahora nos recuerda que Javidu y parte de su camarilla sobreviven en reclusión.
Contacto: hectorhernandezparra77@gmail.com
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