martes, 26 de marzo de 2019

La Fundacion Colosio, los ideales de su fundador - Por la Dra. Zaida Alicia Lladó


Una figura que los mexicanos tienen presente, especialmente los priistas, es sin duda: Luis Donaldo Colosio Murrieta, ideólogo , político y hombre de estado, que amó profundamente a México y que hoy como un tributo a su memoria , quiero recordar algunas de sus ideas al cumplirse 25 años de su fallecimiento.

Para Luis Donaldo, la política que fue una de sus grandes pasiones, la concebía siempre como un juego ético de  ideales;  ideales que definían esa mística en la que él creía, por eso su muerte solo segó su existencia -como refiriera Diana Laura su compañera de vida-, pero no los pensamientos que defendía.

En su visión de la Democracia,  Luis Donaldo fue un convencido de que para insertar a la sociedad hacia una visión con justicia democrática, había de educar a ésta hacia una nueva cultura política nacional: “…La nueva cultura democrática, tiene que obedecer a principios de legalidad interna y a la nueva cultura política; aquella que no confunde democracia con “democratísimo”. Tampoco competencia con “rupturas”; acción popular con “populismo”;  nueva cultura política sustentada en un verdadero compromiso, con la participación social y fomentando la unidad política nacional… ( )…nuestro partido no le puede temer a la democracia,  porque ha sido éste quien siempre la ha impulsado, y lo seguirá haciendo decididamente en estos momentos cruciales para México y en el futuro. “Si nuestro partido fortalece su democracia, se democratiza México”.

“También hemos aprendido que el punto de partida de la democracia es la cultura de la tolerancia, que lleva a reconocer intereses y argumentos distintos entre los individuos, entre los grupos sociales; la democracia por tanto, es búsqueda del consenso que no elimina las diferencias ni mucho menos se basa en la premisa de aniquilar al adversario”… ( )…“Hoy, la democracia territorial es el centro de nuestra acción política.

 Como hombre de Estado defendía la tesis de la mejor gobernanza y decía: “Entre el gobierno y la sociedad hay que construir nuevas relaciones, tender nuevos puentes, nuevos métodos de trabajo, formas de asociación…Se requiere construir prácticas diferentes, que generen confianza mutua; es necesario desarrollar nuevas bases para dejar atrás viejas sospechas que entorpecen esa relación armónica entre los que detentan el poder y la sociedad, que es quien evalúa los resultados”.

 “Seamos respetuosos y entendamos que la acción de gobierno es para todos; pero como partido político en el poder, tengamos la firmeza, tengamos definición, tengamos la convicción en vigilar el cumplimiento de la tarea de gobierno a cualquier nivel, en cada una de las entidades federativas…”

Cuando pensaba en México, lo expresaba visualizando en ello su proyecto de nación. “La Nación no puede seguir adelante con este abismo de marginación y de atraso. Tenemos que cumplirles a los pobres entre los pobres… ( )… Para ello propongo un conjunto de acciones que los rescate del olvido y los incorpore cabalmente a la vida democrática y de libertades…Por eso nuestra posición es continuar en el ánimo de la reforma económica que hemos escogido: competitividad, baja de la inflación, salud fiscal, solvencia financiera y una amplia política social para construir un nuevo piso de bienestar que sustente el crecimiento económico.”

Luis Donaldo también amaba profundamente a su partido, y por ello quiso dejar en la Fundación Cambio XXI (hoy llamada Fundación Colosio AC)  el espacio donde se coadyuvara a la cultura política, al desarrollo de investigaciones que sirvieran como base, no solo para la construcción de las plataformas como oferta política de sus candidatos y representantes populares, sino para construir cimientos donde descansara la formación política ideal que merecen las nuevas generaciones, que vienen vigorosas y desean hacer las cosas mejor, pensando en su presente y futuro.

Por ello Luis Donaldo confiaba en el debate de las ideas, porque era una exigencia de la democracia y de la pluralidad, confiando en el valor de la política para dirimir diferencias ideológicas y pragmáticas y priorizando por sobre todo, la unidad nacional.

Hoy a 25 años de su muerte, Luis Donaldo debe ser recordado porque su legado recobra un valor incalculable -especialmente por las circunstancias sociales y políticas que vive el país-,  y se convierte en un indicativo de la buena acción de la política cuando se tiene respeto hacia la sociedad y amor a México.

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